INSISTO sobre lo redicho: el Concello de Lugo, a la hora de encauzar el funcionamiento de los servicios públicos que más demanda el ciudadano, se entretiene en amagar, no rematando. Para aparentar que se hace lo que no se hace, los responsables del gobierno municipal alegan, cuando conviene, que están en ello, no concretando si el esperado arranque será en esta década o en la que viene. Los días, los meses, los años... pasan, y la recogida de basuras (limpieza en general), reorganización de los itinerarios del bus urbano o la redistribución de las plazas de estacionamientos públicos, entre otros asuntos prioritarios sin resolver, se apolillan en el limbo de los propósitos. ¿Qué hacen los ediles encargados de tales áreas, además de cobrar dedicación exclusiva? La apatía y la dejadez no pueden ser retribuidas con sustanciosos salarios, pagados por todos los contribuyentes, pero por lo que se ve la desidia suma méritos. Cotiza al alza, como si la gestión mereciese el aplauso. Lo lamentable es que la mayoría expectante no lo percibe. O da aire a la ineptitud, si hace falta. A ver si el ruidoso revulsivo de Madrid permite que se destierre el adormecimiento. Parece difícil, estando como está el letargo, al abrigo de la comodidad, tan enraizado
