Opinión

Esquelas

LOS QUE AHORA trabajan y los que hemos trabajado en periódicos, saben, sabemos que a la hora de cierre nada más preeminente que las esquelas. Ya puede caerse la catedral. Viene a cuento por lo que al respecto cuenta Manolo Rivas en Las voces bajas, recordando sus tiempos de emérito en un periódico coruñés, a la vez que estudiaba bachillerato en el instituto de Monelos, y en donde también reseña lo que decía Cunqueiro, dirigiendo Faro de Vigo: "Con los anuncios breves y las esquelas en popa, es un barco que jamás se hundirá". Rivas, con el afán de despuntar, propuso una entrevista a Luis Seoane, de paso por A Coruña. Y a verlo fue. Volvió muy tarde. 

Ya solo en la redacción, transcribiendo a todo meter sin mirar las notas, aparece el regente. Se adelantó a la amonestación, vendiendo la gesta con frenesí: "¡Es una entrevista a Luis Seoane!". Pregunta del regente: "¿No será para hoy?". "Sí, sí. ¡Ya está!". Le arrancó el original: "A lo mejor no puede entrar. hay pendiente una esquela". Tensa espera. Rivas bajó al taller para vivir in situ el amenazador desenlace, hasta que el regente le anuncia: "Esa entrevista entra". ¡Oh, milagro! La esquela fue falsa alarma.

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