Opinión

Erre que erre

SI NADA se tuerce, que también puede torcerse, los dirigentes independentistas catalanes tendrán todo el tiempo para rumiar en el trullo lo que vale un peine y reflexionar sobre la firmeza de la Justicia en un Estado de derecho, ajena a cambalaches partidistas, como los que ellos alimentan menospreciando a los tribunales y al sistema jurídico hasta que les pisa los talones, momento en el que asoma su cobardía, retractándose de lo que haga falta, hasta humillarse e implorar clemencia, admitiendo de mentirijilla su error. Pero aun así, cuando les permiten revolotear, siguen erre que erre con la matraca de que las decisiones de los jueces están determinadas por un sistema político franquista que frena sus desvaríos, conscientes de que nada tiene que ver lo que dicen con lo que piensan; no son tan incautos como para creérselo, pero sí consiguen que la mayoría de sus leales, desde el fanatismo y la ignorancia, lo crean. Siendo sinceros, tampoco debe extrañar su actitud; si lograsen el poder, gobernarían sin duda desde el absolutismo, sometiendo a sus jueces a la irrelevancia hasta ejercer ellos todo el caudillaje, sin las interferencias que no les dejasen mostrarse tal y como son.

Comentarios