Opinión

Doble bloqueo

OJALÁ el cargante devaneo independentista catalán no derivase en otras consecuencias que la soporífera matraca política, pero su proyección es alargada y las implicaciones se generalizan colateralmente hacia la economía y a la vida diaria de los ciudadanos. No es solo que cientos de empresas hayan puesto pies en polvorosa o que otras renuncien a instalarse allí, sino que ahora, por ejemplo, hay varias campañas abiertas para que, como castigo al conflicto, no se consuman productos catalanes, sobre todo durante las fiestas navideñas. Generalizando podría ser una reacción injusta, pagando justos por pecadores, pero a nadie se le oculta que otras empresas o industrias de contrastado renombre alientan o patrocinan el independentismo sin medir consecuencias. O midiéndolas.

Por ejemplo, una marca de cava utiliza el eslogan Lo volveremos a hacer, el mismo lema que ha sido reivindicado tanto por los independentistas presos como en las manifestaciones de Barcelona. Parece que ahora quiere desligarse, pero muchos consumidores lo tomaron al pie de la letra. Claro que hay el lado opuesto, con apoyo de la ANC: otro bloqueo para que se rechacen productos españoles y se compren tan solo los servidos por afines al separatismo.

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