Opinión

Desproporción

MEDIR LA proporción en una desavenencia o un dictamen judicial es sin duda primordial al impartir justicia, y no siempre se tiene en cuenta. Podría ser el caso de la madre compostelana, alejada por sentencia de su hijo de 10 años durante seis meses, por un bofetón que ella niega, atribuyendo la exageración o invención del cachete al padre del menor, del que está separada. De cualquier manera, parece que los hechos probados chirrían.

El letrado de la defensa consideró en su día el castigo desproporcionado, preguntándose si se está ante un percance de maltrato infantil o ante la legítima defensa de una madre por una rabieta del menor. No parece que el juzgado haya hilado fino en un episodio doméstico, que rezuma desproporción, mírese como se mire, sin que ello quiera decir que no haya de castigarse la violencia entre padres e hijos. Pero el conflicto venía de mucho antes del fallo, y en total esta madre lleva ya un año y medio sin ver al menor de sus retoños, el único varón, circunstancia que refleja un drama difícil de asumir para cualquier padre o madre, a los que se priva de la relación con sus descendientes por situaciones que a veces no merecen una conclusión radical y sí más conciliadora.

No todo se zanja a golpe de Código Penal, por muy legítimo que sea.

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