Opinión

Dejó de hablarle

FUE EL PROPIO Alfredo Rubalcaba quien dijo, en mayo de 2014, que "los españoles enterramos muy bien". Hubiera tenido la ocasión de apreciarlo mediante los testimonios de condolencia expresados por su fallecimiento, de amigos y también de enemigos declarados, revestidos de cinismo para la ocasión. De todas maneras, el reconocimiento a su labor como político y como persona ha estado plenamente justificado, con más luces que sombras, que no empañan su trayectoria. Llama la atención, como queda dicho, la carota de algunos de sus detractores, declarados, y que ahora aprovecharon para subirse al carro del lisonjeo y adulación. Uno de ellos es el propio Pedro Sánchez, con aspecto mucho más compungido que el meramente institucional o protocolario. El propio Rubalcaba admitía no hace mucho en un diario digital: "Dejó de hablarme", refiriéndose, claro, al presidente del Gobierno, con cuyas tesis y planteamientos no coincidía ni compartía, como otros muchos socialistas de la vieja guardia, de los que también prescindió. Por eso que no cuadra que ahora ensalcen tan pomposamente su valía en la historia del partido. Valía que ellos difícilmente llegarán a superar.

Comentarios