Opinión

Cosas Marineras

Todo hace pensar que la pretensión es dar largas al remedio antes que resolver el conflicto. Jueces, fiscales, policías… están a verlas venir, o esperando que la presión se desinfle o que un episodio sangriento obligue a reaccionar. Son los vecinos los que han de protegerse por su cuenta de los okupas, peleándose con ellos y originando escenas muy peligrosas, con agresiones incluidas, incluso contando con la casi siempre pasiva presencia policial. Pero la furia callejera puede propiciar que el aguante vecinal se agriete, estalle con la sublevación y batallas más graves, nunca deseables. Y no serán ellos los más culpables. Por su parte, las mafias tampoco se arrugan, visto que las autoridades las protegen, queriendo hacer ver que tienen razón al apoderarse de lo que no es suyo como si lo fuese. ¿Qué hacer si los obligados a impedirlo miran para otro lado? Hay juristas que consideran que la legislación es suficiente para evitar la invasión y apremiar desalojos. Otros opinan lo contrario y piden que se modifique la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Mientras, la Fiscalía del Estado quiere, dice, unificar criterios de actuación para impedir que cada cual vaya por su lado. O sea, nada tangible. Un embrollo jurídico social, donde la coña marinera guía a los gobernantes. Un cuento chino copado por gatuperios partidistas y corruptelas. Al ciudadano que le den…
 

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