Opinión

Ciudadanos

LA EUFORIA mal administrada suele ser un lastre para alcanzar el propósito. Euforia se respira en Ciudadanos tras los vaticinios de las últimas encuestas cara a las elecciones generales, y de alguna manera se entiende la embriaguez de los pronósticos, no solo por la subida de votos y escaños augurados, sino por el meneo que se atiza a sus rivales. Pero creérselo a pies juntillas equivale algo así como vender la piel del oso antes de cazarlo. En dos años pueden pasar muchas cosas, incluso peores de lo que se vaticina, y tan venturosa previsión conlleva desgaste antes de tocar poder. No se le perdonará un desliz por mínimo que sea en una precampaña interminable, que también los potenciales y devaluados enemigos aprovecharán para afilar colmillos y recuperar el terreno socavado en los sondeos. Es un lapso temporal que da para mucho, y aunque es más que probable que Rivera llegue reforzado a los comicios, lo cual en nada perjudica las expectativas para formar un gobierno sólido, con los apoyos que más convengan, también hay que tener en cuenta que las encuestas son una cosa y lo que el elector decide en su momento, otra. Siempre fue así. 

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