Opinión

Caso Asunta

ES MÁS que probable que un sondeo ciudadano de amplio calado hubiese llegado a la misma conclusión de culpabilidad que dictó el jurado en el asesinato de Asunta Basterra. Existe la convicción popular, mediática y moral, de que la mataron, y puede que sí. O que no. Porque una cosa es lo que diga la gente sobre un sucedido y otra bien diferente poder probarlo. ¿Hubiese un tribunal profesional emitido el mismo fallo? Esa es la duda y habrá de resolverla el Supremo, que suele revocar bastantes decisiones de los jurados populares por no ajustarse a Derecho. No se olvide la sonada anulación del veredicto sobre Dolores Vázquez en el caso de Rocío Wanninkhof. De lo que se deduce del juicio de Asunta Basterra, las evidencias concluyentes no existen y las pruebas se basan en indicios de mayor o menor credibilidad. Y la sospecha, ante la duda, nunca debiera ser suficiente para condenar a una persona. Por eso resulta difícil entender que un caso tan intrincado sea resuelto, en primera instancia, por legos en la materia, a los que solo cabe suponer buena voluntad. No es serio.

Comentarios