Opinión

Caprichos

LOS CONTRATOS menores, concesiones a dedo para entendernos, están en teoría para aligerar operatividad en los gobiernos locales, abreviando trámites sin necesidad de concurso público para asignación de obras, suministros o servicios, siempre que, en el primer caso, el valor sea inferior a cuarenta mil euros, y quince mil en el segundo. Pero la finalidad cierta acaba siendo otra, la de favorecer a empresas amigas o afines o ejecutando operaciones sin control directo, que el Partido Popular, refiriéndose al Concello de Lugo, califica de "capricho" o "chanchullos" de la alcaldesa, al denunciar que el bipartido “"epartió" durante el pasado año 6,7 millones en 1.343 contratos menores, por ese sistema, con una media diaria de 26.156 euros.

Es un reproche, claro, de la oposición, pero hubo empresas que, según los populares, "llegaron a facturar casi 440.000 euros", cuando otras "nunca fueron invitadas " a los concursos. Y se destacan, como derroches llamativos, los 45.180 euros abonados por decorar el jardín del Centro de Empresas e Innovación (CEI-Nodus) o los 18.119 euros gastados "en una cata de vinos". Una espiritosa cata, testimonio del escaso recato o disimulo que se aprecia a la hora de fundir el presupuesto. Son cuando menos acciones que debieran de explicarse.

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