POR LO BAJINES, como temiendo que se les oiga, medio atolondrados y acojonados ante la más que probable reacción del jefe, cortando alas, los barones/presidentes autonómicos del PSOE, en tanto que acatan sin rechistar los indultos, avalando la operación concordia, medio se suman al PP al pedir una reforma consensuada del modelo y advierten contra los agravios regionales. Es decir, reclaman (¡qué ilusos!) a Sánchez una financiación "sin privilegios" ante nuevas cesiones a Cataluña, con lo cual el patrono se desternilla.
Saldrá, como es habitual en él, mintiendo, que no lo hará, pero por exigencia de sus socios (ordenan y mandan), para contener referendo y autodeterminación, tirará de la cartera común, abriéndola lo que haga falta, para remendar descosidos, ganar tiempo e ir disfrutando del cargo mientras le dejen, y aquí paz y después gloria.
Si tales barones no fuesen tan proclives al pánico y al arrugue y no se dejasen arrastrar en aras de componendas varias, podrían conseguir la enmienda de los desvaríos de financiación autonómica, y unidos al PP, forzar un reparto justo (a cada cual lo suyo), lejos de las desigualdades que se cuecen, pero su peso en el partido se ha diluido hasta términos tan inoperativos como vergonzosos. Eso sí, ellos muy felices.
