Opinión

Bancos humanos

A SUS 78 años, el valenciano Carlos se ufana, presume de estar agotado. Lleva días "sin parar" de que le hagan entrevistas y no está "acostumbrado a esta repercusión", pero se siente agradecido por la respuesta a su empeño de reclamar a los bancos un trato "más humano". Más directo, de empleado a cliente, y no de ordenador o cajero a usuario. A través de internet ha reunido 240.000 firmas de apoyo a su reivindicación, y espera alcanzar las 250.000. Ya empezó a recoger sus fruto: "Uno de los bancos a los que me dirijo ya se ha puesto en contacto conmigo para pedirme disculpas y proponerme una reunión". Por algo se empieza, pero también hay que reconocer que lo tendrá difícil. Los bancos van a lo suyo y a lo que aspiran, o eso dan a entender, es a funcionar sin empleados, mediante computación. Todo a golpe de clic, y el procedimiento, cuando no inaccesible, es al menos muy molesto e incómodo, no solo para personas mayores, sino para la mayoría de los que a diario manejan sus monises en las oficinas bancarias. No todos son capaces de desenvolverse a través de enrevesados formulismos, inviables si no se tienen conocimientos. Pero, ojo, la situación se hace patente también en las administraciones públicas, empeñadas en enmarañarlo todo.

Comentarios