Opinión

Amedrentando

HABIENDO como hay infinidad de gente estrujándose los sesos, o arriesgando incluso la vida en su lucha contra la pandemia, es inaceptable que abunden los que se afanan en poner palos en las ruedas con bulos, falsedades, patrañas…, que no hacen más que empeorar el ya de por sí enrarecido escenario vírico. Son aserciones falsas, pero que llegan al gran público con sello de veracidad, espoleando el temor, la aprensión y la confusión, y aunque se rebatan, siempre quedará el poso del ‘por si acaso’. Ninguna rectificación por precisa que sea repara de raíz el embuste, permaneciendo el sedimento de la duda. Está por ver si los expertos, al avalar que ninguna de las vacunas existentes en el mundo, contra todo tipo de enfermedades, provoca la muerte a los vacunados, consiguieron desmontar la supuesta letalidad de la del coronavirus, aún por llegar, difundida en las redes sociales: «¿Se pondría usted una vacuna con una tasa de mortalidad del 33 por ciento para sentirse a salvo de un virus con una tasa de mortalidad del 0,6 ?». Visto así, siendo mucho peor el remedio que la enfermedad, nadie en su sano juicio arriesgaría vacunarse, y como puede haber crédulos, la macana contiene una carga nociva que puede ser letal, con derivaciones penales muy justificadas.

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