Opinión

Amaños deportivos

CON INDEPENDENCIA de que les asista la presunción de inocencia, como a cualquier acusado o susceptible de delito, la detención de deportistas a los que se atribuye amaños de partidos y relación con apuestas deportivas, es tan llamativo como grave. Pero no es nuevo, porque ya surgieron con anterioridad otras sospechas que nunca se tomaron lo suficientemente en serio, sino que casi siempre se diluyeron en suposiciones. Si en este caso se llega hasta al final, y se prueban las conjeturas, tanto la Justicia como los comités deportivos correspondientes deben de actuar con la máxima dureza para cortar de raíz la actuación de desaprensivos que actúan en beneficio propio, sin tener para nada en cuenta el daño que producen a terceros, clubs y aficiones, y más si ello conlleva la pérdida de categorías de equipos o el impedimento de que alcancen otra superior. Y si la implicación alcanza a sociedades deportivas, clubs, habría que ver si la gravedad ha de asociarse o no a su futura viabilidad de competir o su exclusión. Que sus seguidores o socios sean inocentes de lo que hagan sus representantes legales no debiera ser impedimento o limitación para que las sanciones se apliquen con la mayor contundencia.

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