Opinión

Alcoa, ¿qué?

En unos más y en otros menos, pero el mosqueo se generaliza sobre la no explícita negociación que animó al BNG a apoyar la investidura de Sánchez. Nada se explicó, como debiera haberse hecho, para evitar suspicacias, más cuando los políticos, sobre todo los que tanto hablan cuando no tienen opción de decidir, ofrecen tan escasos avales de veracidad. No se sabe si todo queda, si es que queda, en transferir la AP-9 o si también se sustanció, por ejemplo, el acuerdo para socorrer Alcoa, como se apuntó en su momento. Lo primero, si lo comparamos con la segundo, es una bagatela, que en todo caso solo beneficia a una parte de la población, pero lo segundo son palabras mayores, con trascendencia y repercusión no solo en la provincia de Lugo sino también en la economía gallega. Tanto silencio hace que el recelo y la desconfianza se proyecten en todas las direcciones. En el caso de que los nacionalistas hayan sido incapaces de atar acuerdos, por escrito, en un momento tan decisivo para formar Gobierno, no hay aguja que los lave, y en su momento debe tener adecuada respuesta. Sánchez, a quien miente menos es a los catalanes, porque sabe cómo se les gastan, pero por lo demás, sus compromisos, caso de existir, son papel mojado. Ya se verá.
 

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