Opinión

Activando cierres

LA DIFÍCIL situación financiera de muchas pequeñas empresas y profesionales autónomos complica su supervivencia en momentos tan críticos como el presente. El reto de ir aguantando, a la espera de tiempos mejores, no siempre es factible y de ahí el cerrojazo de infinidad de negocios. En no pocos casos, a la desaparición coadyuva de forma determinante la imposibilidad de cobro por trabajos realizados, clientes morosos que van dando largas porque su economía tampoco se lo permite. Morosidad privada que puede entenderse, pero lo que en ningún caso es admisible es que el mal pagador sea el Concello de Lugo, que como denuncia el PP no liquida facturas (casi mil pendientes) aun teniendo fondos para hacer frente a los requerimientos por parte de quienes prestaron servicios al municipio o proveedores que suministraron materiales diversos. La vagancia administrativa del Ayuntamiento lucense para estar al día en servicios esenciales, como es el referido, por ejemplo, a la concesión de licencias de obra, es un mal endémico que el equipo de gobierno descuida corregir en serio, pero nada tan grave, ruin e irresponsable como el activar por desidia la desaparición de empresas que no pueden seguir por culpa de una gestión descabellada y negligente.

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