Opinión

Acribillados

NOS acribillan. Es un sin vivir. Y si malvivimos, es rodeados, importunados y atemorizados, día y noche, por tierra, mar y aire. No solo nos la jugamos con los execrables coronavirus; al festín también se unen inoportunos virus del Nilo, insoportables mosquitos (de toda la vida), tábanos feroces, peludos moscardones, molestas moscas cojoneras, un rosario incontable de insectos y demás fastidiosas especies descatalogadas. O velutinas asesinas... A propósito, la Asociación Galega de Apicultura advierte sobre la explosión de ataques incontrolados de esta especie asiática, que tanto abunda en nuestro entorno, visto lo cual y el todo deberíamos meditar la posibilidad de encapsularnos y hermetizarnos a fin de sortear con cierta garantía todos y los variados frentes del peligro, hasta que la autoridad competente, si es que algo queda, decida imponer el uso de retrovisores y detectores que permitan controlar el riesgo que nos persigue y hostiga en cada momento, por delante, por detrás y todos los flancos, para lo cual la mascarilla es inútil y el dejar de fumar, insuficiente. Visto así, parece un relato de ciencia ficción, pero la cruda realidad no engaña. No estamos soñando. Y eso que solo hablamos de bichos, omitiendo a políticos como peligroso factor de riesgo.

Comentarios