LA DEMOCRACIA es participación. Pero tantas elecciones seguidas nos están dejando indiferentes. No hay más que ver esta campaña, en la que hasta los políticos parecen haberse vuelto apáticos. Total, ¿qué nos van a decir que no sepamos? A estas alturas ya poco nos interesa lo que nos tengan que decir y las cosas no tienen pinta de que vayan a diferir mucho de las elecciones de diciembre, excepto el famoso 'sorpasso' que deja los pactos en el mismo punto que hace seis meses. Hace unos días una amiga me dijo que parecía que la intención de los líderes era hacerse notar lo menos posible para no cansarnos aún más con sus mensajes repetitivos. No te digo yo que no, porque novedad no hay ninguna. Y en medio de esta campaña inédita y pasota, los políticos se entrenan en sacar punta de cualquier cosa. Véase sino el gesto de Pedro Sánchez frotándose la mano tras dársela a unos niños y una mujer de color. ¿Nadie pensó en que era un gesto reflejo o que tenía la mano sudorosa? Pero probablemente hubiera sido igual si el protagonista fuera de otro partido. En campaña todo vale, aunque después todo se olvide o parezca que se olvida. Hasta de nosotros tardan poco en olvidarse.
