ES ALGO que se repite siempre. Cada vez que se acercan unas elecciones, como por arte de magia, se empiezan a mover por inercia las obras pendientes. Eso sí, con la misma inercia vuelven hacia atrás una vez pasados los comicios. Es una ciencia tan exacta como las matemáticas. La variante de Viveiro parece que ya tiene un proyecto. Puede sorprendernos mas o menos la solución del puente sobre la ría, pero la cuestión es que ahí está la solución para la única gran población de la comarca que no cuenta con una variante. Y no será por falta de necesidad. Vamos a ver cuanto tarda ahora en anunciarse algún avance para los tramos del corredor que faltan, tanto autonómico como estatal. Ya les digo yo, que mucho no tardará. Eso sí, que luego se haga es otra cosa. Y así con todo. Informativamente los periodos preelectorales son una bicoca, porque no resulta complicado encontrar un titular. En el fondo, todos sabemos que son promesas que tardarán en llegar a cumplirse si es que finalmente se cumplen. Después llegará la época de que dar explicaciones por aquello que no llega y que siempre suele ser culpa de las largas tramitaciones que conllevan los proyectos.
