ESCUCHANDO UNO de estos días en la radio una canción de cuando estaba en la facultad, me paré a pensar lo que en pocos años cambió el mundo de internet. En esos años tener una dirección de correo electrónico era lo más. Ahora eso es lo menos. No creo que nadie (yo no) se imaginara adónde llegarían las comunicaciones a través de la red. Ahora las distintas redes sociales se convirtieron en un instrumento de comunicación instantáneo y masivo al alcance de todo el mundo. Una obsesión para muchos y, hasta un quebradero de cabeza, porque muchas veces los mensajes que se lanzan en la red no son los más oportunos o los más convenientes. Seguramente esta nueva era de las comunicaciones seguirá avanzando y dentro de unos años, lo que hoy nos parece lo más ya será, otra vez, lo menos. Pero espero que con el paso de los años entre toda esa vorágine de gente totalmente conectada entre si por las redes siga conectada entre sí y en persona. Que las nuevas formas de comunicación se usen más y mejor, que nos mejoren la vida, pero no que nos devoren y nos perdamos en ellas. Que el ser humano siga siendo el centro de la vida y no un mero complemento.
