Opinión

Al final del camino

LOS PENSIONISTAS no desisten en sus protestas reclamando unas pensiones dignas. Lo hacen por ellos, pero también por nosotros. Y es que muy pocos nos paramos a pensar en un futuro que vemos lejano, pero que acaba llegando y que exige unas atenciones a las que no todos pueden acceder de igual manera. Por ejemplo, en términos económicos. Ahora se está hablando mucho de las residencias y un caballo de batalla son los precios. En realidad son unos precios, que sin ayudas públicas o familiares muy pocos pensionistas podrán pagar. Y es que la mayoría de las pensiones son las mínimas y no dan para cubrir todas las atenciones que necesita una persona mayor. Pero no es solo que les resulte complicado acceder a una residencia sino que si optan por la atención en su casa, resulta muy complicado, por no decir imposible, que puedan hacer frente a los gastos de los cuidadores que necesiten, además de las facturas de una casa, las medicinas o todas las cosas que necesitan para tener una buena calidad de vida. En definitiva, muy poco se piensa en la tercera edad, aún sabiendo que la mayoría se topará con ella al final del camino.

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