Opinión

Largo invierno para McLaren y Alonso

ES INEVITABLE. Por mucho empeño que se ponga, jamás habrá unanimidad en ningún asunto. Salvo en Corea del Norte, claro está. Siempre habrá quien ante una misma situación vea el vaso medio lleno y quien observe justo lo contrario.

Cerca de la posición norcoreana se encuentra en este momento el análisis general sobre la situación de McLaren en el Mundial de Fórmula 1 y a la hora de enjuiciar la decisión de Fernando Alonso de dejar Ferrari, que encima ahora vuelve a ganar, para enrolarse de nuevo en la escudería británica. 0 puntos y tres abandonos en dos carreras -solo Jenson Button acabó la de Australia- es el triste balance de las flechas de plata de Woking hasta el momento.

Y, sin embargo, pese al desolador panorama hay motivos para el optimismo. O sea, hay quien ve el vaso medio lleno por poco líquido que quede. Exactamente hay un motivo. Se llama Honda. El gigante japonés del motor vuelve a la Fórmula 1 tras la espantada de 2009 y se supone que lo hace por algo. Por hacer algo grande. Por demostrar que sus motores pueden ser tan solventes en la Fórmula 1 como en el Mundial de motociclismo. Aunque no a corto plazo. No se puede entender el regreso de Honda si no es para ganar. La marca nipona es una garantía y las estrecheces actuales de su asociación con McLaren han de considerarse las lógicas en un recién llegado.

Pese al desolador panorama hay motivos para el optimismo. Exactamente hay uno. Se llama Honda

Ocurre que los planes de McLaren Honda chocan con las urgencias, las de los aficionados que quieren ver cuanto antes a Alonso y Button luchando por el podio, y las de los propios pilotos, que no son unos niños precisamente. Pero quizá su veteranía les ayude a superar el trance. Ambos están obligados a trabajar a destajo para sacar del barro a su bólido. Es más, Jenson Button conoce bien el camino. Es exactamente el mismo que le tocó a él recorrer cuando era piloto de Honda junto a Rubens Barrichello. El inglés fue campeón del mundo en 2009 con un Brawn GP, el heredero de todo el trabajo desarrollado durante años por Honda y que, al desistir esta, decidió sacar adelante el siempre avispado Ross Brawn, el hombre que estuvo detrás de los títulos de Michael Schumacher con Ferrari, el padre del actual Mercedes de Lewis Hamilton y Nico Rosberg. Brawn sabía que después de años de elevadas inversiones y resultados francamente decepcionantes, en 2009 por fin Honda había dado con la tecla. Sorprendentemente, la fábrica japonesa decidió justo en ese momento retirarse de la Fórmula 1.

Así que no hay otra salida que el trabajo sin descanso y la paciencia por mucho que duela ver ahora mismo a Alonso luchando por no quedar el último. Que ya es triste.

Rossi y el viaje en el tiempo del Mundial de motociclismo

Primera carrera del Mundial, primer triunfo de Valentino Rossi. Lo que fue casi una rutina durante años volvió a suceder... en 2015, con el italiano más cerca de los 40 años que de los 30 -cumplió 36 el pasado 19 de febrero-. A pesar de que la victoria de Rossi ha colmado de alegría a sus numerosos seguidores, el dato no es que hable muy bien del Mundial de motociclismo.

Porque la realidad ahora mismo es esa: o gana Marc Márquez -su salida de pista al comienzo de la carrera de Losail le inhabilitó para llevarse la carrera- o gana Rossi. Y no parece haber nadie más. Lorenzo está lejos del nivel de hace cinco o seis años, Pedrosa, harto de tanta lesión, se va a tomar un tiempo para recuperarse y, tras la retirada de Stoner y la muerte de Marco Simoncelli, no aparece ningún joven con suficiente clase para retar a los grandes.

Así las cosas, el Mundial parece reducido a un mano entre el joven Márquez y el viejo Rossi. Eso, claro, con el permiso de las Ducati de Dovizioso y Iannone, que sorprendieron en Losail.

Comentarios