Opinión

Doble salto sin red rojiblanco

QUÉ ES LA VIDA sin riesgo sino anodina. El riesgo acompaña al ser humano desde que nace. Hay riesgo a contraer una enfermedad que te lleve por delante antes de tiempo. Riesgo a sufrir un accidente, que tiene en su naturaleza algo de inesperado, que no de sorprendente —la sorpresa es otra cosa—. En riesgo, en fin, se sentía cada segundo de su vida el atribulado Licenciado Vidriera, al que el simple hecho de salir a la calle aterraba, no fuera a ser que el mundo se le cayera literalmente encima.

Y riesgo, sin duda, es el que corre el Club Deportivo Lugo con el reciente relevo en el banquillo. Del confort que proporcionaba la singladura con el capitán Milla al frente de la nave, no exento por otro lado de turbulencias internas, se ha pasado tras la marcha por decisión propia del técnico aragonés —decisión marcada por las fuertes divergencias— al riesgo que supone encomendarse a los conocimientos de José Durán, un técnico con experiencia en los banquillos sin duda, pero que jamás se había sentado en uno de un equipo profesional. Arriesgada parece la decisión de Tino Saqués, el mandamás y dueño de la entidad rojiblanca, que al mismo tiempo que coloca a un neófito en el profesionalismo en el banquillo exige unas metas para las que quizá este Lugo no esté preparado. Todavía.

Porque he ahí el principal punto de fricción que ha desencadenado la marcha de Luis Milla, la diferencia de criterio sobre la capacidad de la plantilla que tenían, y tienen, el presidente, su consejo y el director deportivo, Toni Otero, y la opinión del entrenador de Teruel al respecto. El pragmático, que no conservador, Milla siempre pensó que el Lugo estaba donde debe, e incluso por encima. Al menos eso daba a entender con sus decisiones. Saqués cree que se debe exigir más, mirar más hacia arriba que hacia abajo. Es loable la intención del club, aunque quizá un tanto alejada de la realidad. Porque con las estructuras actuales, con un estadio de escasa capacidad y lleno de parches por todas partes, con una masa social que sigue sin implicarse a fondo a pesar de los esfuerzos de la directiva, el Lugo bastante hace con desempeñarse dignamente en la selva que es la Segunda División actual. La nueva pirueta de Saqués, el siempre arriesgado doble salto sin red que en este momento representa José Durán, supone el triunfo momentáneo de la ilusión sobre el pragmatismo, de las ganas de crecer sobre el conformismo. La primera maniobra del peligroso movimiento se ejecutó ya en La Romareda. El tiempo dirá si el riesgo, correr tanto riesgo, ha merecido la pena. Pero, de vuelta al principio, qué es la vida sin riesgo sino anodina.

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