Opinión

El aprendizaje no tiene edad

"Todos tenemos capacidad para hacer algo bien a cualquier edad. La edad no es un impedimento para aprender. Eso está científicamente demostrado", asegura Paula Sande, coordinadora general de la asociación de Aulas da Terceira Idade de Galicia (Ategal). "Lo importante -añade- es que la gente pruebe, que se arriesgue a salir de casa para descubrir lo que les apetece".

Sande sabe de lo que habla, ya que en las actividades que se desarrollan en las nueve sedes que Ategal tiene en Galicia -Santiago, A Coruña, Padrón, Ferrol, Vigo, Ourense, Lugo, Vilalba y Monterroso- participan alrededor de 1.500 personas. Todas ellas pueden escoger entre una amplia y variada lista de materias agrupadas en cuatro áreas: cultural (Literatura, Historia del Arte, Etnografía de Galicia, Francés e Inglés de diferentes niveles, coloquios...), ocupacional (manualidades, pintura, dibujo, teatro, música, informática, fotografía digital...), salud (memoria, gimnasia, pilates, yoga, taichí...) y ocio (celebraciones, excursiones, visitas culturales, viaje de fin de curso...). "La gente, aparte de apuntarse a lo que le interesa, se configura su propio horario", explica.

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El perfil del alumnado de Ategal ha ido cambiando a lo largo de sus 37 años de historia y, con él, las materias que se imparten. Ahora, "aunque parezca mentira", los alumnos son "personas jóvenes, porque -precisa Paula Sande- si hace 37 años una persona de 50 años era mayor, hoy una de 65 es joven". Además, prosigue la coordinadora general de Ategal, son "personas con formación, con inquietudes y que tienen claro que no quieren quedarse en el sofá". Por eso, añade, "no tiene sentido que sigamos ofertando hoy en día lo que ofertábamos hace 37 años y hemos incorporado tabletas, teléfonos móviles... Cosas que hace 50 o diez años no existían, pero que hemos tenido que introducir para satisfacer nuevas necesidades y, en definitiva, para adaptarse a los nuevos tiempos y, lógicamente, a los nuevos mayores".

BENEFICIOS. Lo que el tiempo no ha podido cambiar son los beneficios de apostar por el aprendizaje para toda la vida. Y es que el bienestar personal y la calidad de vida mejora a todos los niveles. "Ellos lo notan -asegura Sande-. Dicen: ‘Vengo porque me hace bien’. Si una persona mejora emocional y físicamente, eso redunda en el bienestar de todos a su alrededor. Por ello, muchos de los alumnos son personas que han probado y que ha visto cómo su vida cambia para mejor".

Paula Sande insiste también en la importancia de que los mayores tengan "sus círculos de amistades fuera de la familia porque -argumenta- se pueden quedar viudos/as o el cónyuge estar todavía trabajando, de manera que esa persona, si ya está jubilada, tiene que ocupar su tiempo y buscarse sus momentos".

El miedo a "no ser capaces" es algo que frena a muchos mayores, pero, en opinión de Paula Sande, es un temor infundado. "Todos somos capaces de hacer cosas -reitera-, el problema es que a veces nos abandonamos. Realmente cuando la persona ve que es capaz, se involucra más en otras cosas. Hay mucha gente que estaba sola y que ha recuperado su autonomía y su autoestima al ver que era capaz de hacer cosas. Son beneficios que no son tangibles, que no podemos medir, pero que nosotros vemos en nuestro día a día".

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