Opinión

El mundo de ayer en Vigo

UNA ESCALA en Vigo y un paseo por la ciudad aportan argumento para construir un relato. Es la ficción de ‘La pequeña librería de Stefan Zweig’, autoría de Francisco Uría, abogado del Estado en excedencia y socio de una famosa firma de servicios de auditorías y asesoramiento. Se hizo bien conocida en Galicia cuando aconteció la fusión-desaparición de las cajas. El título, que incorpora el nombre del famoso escritor austríaco perseguido por judío, atrae. Es un reclamo. Y más todavía si hace referencia a pequeña librería. Cómo no acordarse de la joya de ‘Mendel el de los libros’. La foto de la portada incluye otra llamada más, un escaparate rotulado como ‘A libraría. Libros antigos e curiosos’. No sé si portugués o gallego. Da igual. Pensé en un ensayo y resultó una ficción, como consta en la portada. Una vez adquirida me puse a la tarea de ojear. Inmediatamente pasó a lectura agradable. Es el mundo de Zweig. Es, aunque el escritor desembarque y camine por sus calles "bajo su responsabilidad", una ciudad de un país que acaba de entrar en guerra civil. El diálogo entre el librero y el escritor lo dejan patente. No es diferente la situación que obliga a Stefan Zweig al exilio, de la que lleva al librero a exponer unos títulos en el escaparate que ni le representan a él ni cree que sean las lecturas que sus clientes deberían hacer. Así se lo dice al famoso escritor en la visita a la librería. También aquí hubo hogueras que se alimentaron con libros que no gustaban, que no toleraban quienes impusieron su mando. La persecución que obligó al librero de la novela a tener estanterías de doble fondo para que el escritor judío encontrase obras de Antonio Machado.

El relato que construye este abogado del Estado en la tarea de escritor recrea y transmite aquella realidad. La lectura de ‘El mundo de ayer’, de Stefan Zweig, tanto como recomendable es necesaria para ver los horrores que una sociedad normal, no solo unos dirigentes borrachos de ideología intolerante y criminal, puede cometer. La ficción de Francisco Uría nos conduce y nos sitúa con fidelidad en ese mundo, que no quisiéramos nunca más pero que es una amenaza que se repite en la historia, si no se impide en sus brotes. La lectura y la asimilación de la obra y la realidad de Zweig por el autor es una evidencia en esta pequeña novela. Se lee de un tirón. Recuerda algo a un relato oral, el abuelo que cuenta sus vivencias, el mundo de ayer. Entiéndase esto como un elogio.

En los ‘Diarios’ de Stefan Zweig, publicados recientemente con polémica entre editoriales, y en ‘El mundo de ayer’ aparece la referencia a la escala en Vigo el 10 de agosto de 1936. Escribe algo que dice que le cuentan. Pertenece al paquete de tópicos sobre España. Los soldados que ve partir en las calles de Vigo para el frente "respetan rigurosamente la hora de la siesta durante el combate".

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