Opinión

Adiós a los peajes

En Galicia desaparecen las barreras para que el pago sea automático y que la concesionaria ahorre en personal

ALGO SE LE olvidó a Pedro Sánchez cuando anunció en Santiago la buena nueva de las reducciones de precio en algunas modalidades de viaje en la AP-9, la autopista del Atlántico. Por cierto, fue un discurso flojo y cargado de tópicos sobre Galicia. En el Mediterráneo catalán celebraron ayer el final de los peajes. Aquí, en Galicia, parece que hay que celebrar que te hagan una ofertita si gastas doble en el mismo día. Si esto se sabía, y parece ser que sí, alguna respuesta debería haber recibido el señor Sánchez en el mismo acto. Bueno, salvo la mejor opinión de Gonzalo Caballero que siempre ve bondades, diríamos que históricas, hacia Galicia por parte del Gobierno. La mayoría no sabemos ver, no estamos atentos a los detalles o nos tienen embobados los opositores.

Si nos dan explicaciones, que no nos las darán, de por qué Cataluña sí es gratis total y Galicia no, seguro que la culpa es de Primo de Rivera, el dictador. Como supongo que la niebla sobre O Fiouco que obliga a abandonar la A-8, la autovía del Cantábrico, a la altura de Mondoñedo es responsabilidad exclusiva del mago Merlín. Aún no sabemos quién fue el genio que diseñó la autovía por aquellas alturas y, además, se supone que cobró por el acierto. ¿Un efecto del licor café?

La otra noche, o casi madrugada, al desviarme obligatoriamente de la A-8, me acordé y expresé mis mejores deseos, los que merecen, a todos los ministros, ministras, ministres y demás altos cargos que reiteran, como quien reza letanías o ve cómo llueve, los compromisos y cumplimientos del gobierno con Galicia. Escribo gobierno con minúscula por ser genérico: vale para todos, los pasados, los presentes y me temo que los futuros. Superan la prueba del detector de mentiras. ¡Nunca dicen una verdad!

Sugiero que la TVG programe un concurso con preguntas como esta o que las formule Gayoso por teléfono: por un viaje del Imserso, díganos cuántos ministros prometieron arreglar los cortes por niebla en la A-8 en Mondoñedo. Y si además acierta quién fue el genio que la trazó por allí, tendrá usted pensión completa. El todo incluido, como si usted estuviese en un resort con pulserita, es para quien acierte cuántos ministros/as/ es y presidentes de gobierno prometieron la llegada de la alta velocidad a Galicia para ese mismo año en el que hablaban. Se puede volver tonto hasta el google, que lo sabe casi todo.

En Cataluña dieron por terminadas las concesiones de las autopistas al negocio privado. No se renuevan. Se levantan las barreras. En Galicia desaparecen las barreras para que el pago sea automático y que la concesionaria ahorre en personal. Aquí sí se renuevan las concesiones de los embalses a quienes los vacían para hacer caja acelerada y en cantidad y sí se renueva la concesión de la AP-9 con explicaciones múltiples que superan la dialéctica hegeliana. Lo que se anula es la permanencia de Ence en la ría de Pontevedra y se practica la máxima urgencia en el desmantelamiento de la térmica de As Pontes.

Ahora vamos a ver quién y cómo resuelve el problema que se abre.

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