La falta de mano de obra vuelve a hacer mella en el campo español tras aprobarse el Ingreso Mínimo Vital. Sigue habiendo 25.000 puestos de trabajo en el sector pendientes de cubrir, pero el IMV amenaza con desmotivar a los trabajadores, que podrían optar por cobrar esta ayuda en vez de sudar la gota gorda en el campo en pleno julio.
Y he aquí dos cuestiones; por un lado, sin herir mucho la sensibilidad, las ayudas están bien, pero a cambio, los beneficiarios deberían desempeñar alguna labor, para que no todo sea en balde; y por otro lado, se debería de mirar por qué nadie quiere trabajar en el campo, quizá los salarios no sean los más adecuados para un trabajo, como se dice, de sol a sol.
