Opinión

Nuevos ayuntamientos

ESTE SÁBADO, salvo en los consistorios en los que pendan impugnaciones, se constituyen las corporaciones locales elegidas el pasado día 24 de mayo. Toman posesión los concejales y seguidamente se procede a la elección de los alcaldes. Son actos sencillos en los que sobriamente se ultima el proceso de renovación de los ayuntamientos con arreglo al resultado electoral.

Debería ser esta la última vez que se constituyen en España más de ocho mil corporaciones locales

El gobierno municipal, el nombre de los ediles que han de integrar la comisión de gobierno y encargarse de las áreas en que se organice la acción municipal corresponde como atribución propia al alcalde. De modo que es algo que no decidirán los consistorios, sin perjuicio de que quienes accedan a la alcaldía en función de pactos puedan haber convenido con los grupos políticos algo al respecto. Creo que debería ser esta la última vez que se constituyen en España más de ocho mil corporaciones locales. Es inaplazable poner fin a una organización territorial municipal que responde a las necesidades de hace dos siglos. Esa es mi primera impresión. Y es algo que por ser predicable de forma general debe ser ejecutado en todas las comunidades autónomas y provincias. Nada justifica la continuidad de 67 ayuntamientos en Lugo o 62 en Pontevedra. Es menester revisar el mapa municipal y hacer que responda a las necesidades actuales. Y ahorrar, y moderar el gasto dedicado a sostener entidades locales que carecen de justificación al día de hoy.

Entiendo en segundo lugar que esta debería ser la última ocasión en la que se puede esgrimir que unos ganan al hacerlo minoritariamente y otros en las mismas circunstancias pierden. Como nadie está dispuesto a contar anticipadamente con quién va a pactar de no tener mayoría suficiente ninguno de los contendientes, arreglos y conveniencias como los que de forma muy marcadamente sectaria y oportunista se han exhibido estos días, creo que deben conducir a modificar de una vez la ley electoral estableciendo que, de no obtener ninguna lista la mayoría absoluta, las dos que hubieran tenido más apoyos participen en una segunda vuelta, correspondiendo ejercer la alcaldía al cabeza de lista de la que en ella resulte más votada. Visto que se tiende a formar bloques, que resuelvan los vecinos. Y naturalmente, el alcalde que gobierne con un ayuntamiento integrado con arreglo al resultado de la elección primaria.

Los ayuntamientos tienen los fines que tienen y son titulares de las potestades que les están atribuidas, no de otras. Y su razón de existir no es solo prestar servicios sociales.

En tercer lugar, sería bueno que la ley electoral estableciera una limitación de mandatos. No necesariamente a dos, bien podría contemplarse la posibilidad de que pudieran ser tres. Doce años es un periodo más que razonable. Y a partir de ahí, hay que decirlo, de lo que se trata en la mayoría de las ocasiones es de seguir por seguir. Lo que sucederá hoy habrá que valorarlo con el tiempo. Nada está escrito previamente. Eso sí, ni hay que celebrar la salida de algunos como es evidente que se va a hacer ni la llegada de otros cambiará el mundo.

Una reflexión final: los ayuntamientos tienen los fines que tienen y son titulares de las potestades que les están atribuidas, no de otras. Y su razón de existir no es solo prestar servicios sociales. No son organizaciones no gubernamentales. Tienen que administrar lo que es de su competencia sin prejuicios ni exclusiones. Y como el domingo se celebrará en Lugo la Ofrenda del Antiguo Reino de Galicia, conocida la postura de quien parece será nuevo regidor de Santiago a cuyo alcalde correspondía este año cumplir con esa tradición, me parece que hubiera sido más oportuno que acudiera, y que en su intervención dijera con buenas formas lo que estimara oportuno y conveniente. Aquello que estuviera seguro de que comparte la mayoría del pueblo compostelano, aunque no fuera del gusto de la marea. Porque esa es la responsabilidad que asumirá hoy quien sea elegido por los concejales primer munícipe de Santiago.

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