Opinión

Los ministros

Los ministros, al contrario de lo afirmado de alguna manera por la portavoz Isabel Rodríguez y otros miembros del Gobierno, son titulares de un órgano superior de la Administración Pública, y forman parte del Consejo de Ministros, que es un órgano colegiado, sin perjuicio de estar investidos individualmente del carácter que antes indico.

Si además hablan y expresan apreciaciones, valoraciones y juicios sobre cuestiones de interés público y general, está claro que cuando lo hacen no hacen declaraciones a «título personal», porque no opina, como en el caso de interés estos días un ciudadano que se llama Alberto Garzón sino un Ministro del Gobierno de España, titular de una cartera que tiene encomendada la materia del consumo, acerca además de la calidad de carne que se comercializa y exporta por productores españoles. En fin, lo que sí debería ocurrir es que el Consejo de Ministros se pronunciara sobre lo dicho por el lenguaraz Ministro en el curso de la entrevista que se le hizo como tal por un medio británico, para el que es evidente que no tienen interés alguno las opiniones de un individuo de Málaga aunque sea comunista y se reclame progresista y ecologista.

Decía Winston Churchill que el Reino Unido no tenía amigos ni enemigos permanentes, solo intereses permanentes. ¿Por qué tantos de estos elementos no son capaces de discernir esto, de entender lo que son los intereses permanentes de España y de los españoles? Si ocurre tal cosa, lo que sucede es que no están capacitados para desempeñar responsabilidades públicas. Y no importan matizaciones acerca de la diferencia entre la carne procedente de la ganadería extensiva o de las macrogranjas, porque lo que queda en la opinión es que hay carne de producción española que tiene problemas de calidad. Lo digo porque una emisora de radio salió al rescate del señor Garzón ayer viernes con precisiones que, hay que decirlo, de poco sirven. Garzón está en el Gobierno, si las macrogranjas son malas que trabaje para su nueva regulación, pero que no se dedique a criticar la producción en un medio extranjero.

Recuerdo que hace años, en la década de los ochenta un embajador español en Irlanda de alguna manera justificó un ametrallamiento y apresamiento de un pesquero español por una patrullera irlandesa. Podía estar justificada la acción de esta última, pero cada uno tiene a su cuidado en el ámbito púbico los intereses que tiene, y hay tiempo para hablar y ocasión de callar. Y el que no lo entienda no es la persona que pueda ser llamada a defender unos intereses, en el caso de estos días los de los productores de carne en España.

Si Garzón no es cesado, el presidente Pedro Sánchez incurrirá en una irresponsable dejación de sus obligaciones si no aleja a este ciudadano del Gobierno

Por tanto el señor Garzón no debe seguir en el Gobierno, por las mismas razones, eso no cambia, por las que el embajador al que he hecho referencia fue revelado de sus funciones, siendo ministro de Exteriores Fernando Morán y Presidente Felipe González. Lo que en el caso de un Embajador es grave, en el de un ministro es gravísimo, y compete al presidente que propuso su nombramiento proponer al Rey su cese.

No es cuestión de blablablá. De eso ya ha habido de más. Es cuestión de responder de los errores, y si Garzón no es cesado, el presidente Sánchez, que erró en el nombramiento por culpa in eligendo por mucho que se trate de un ministro de la cuota de Podemos, incurrirá en una irresponsable dejación de sus obligaciones si no aleja a este ciudadano del Gobierno, pues se puede hablar y hablar, pero después de decir ciertas cosas y además del modo en que fueron dichas, con afectación patente de intereses generales, sencillamente no se puede seguir sentado en el Consejo de Ministros. Aunque se sea de Podemos y el Gobierno sea de coalición. Claro, si las cosas son como deben ser.

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