Opinión

Las bases

ES CURIOSO, en Podemos no se suele hacer referencia a la "militancia". En ese partido-movimiento, siempre se apela a "las bases".

Y así, anuncia su bullicioso dirigente Pablo Iglesias que consultará a las bases acerca de la conveniencia o no de apoyar en el Parlamento la investidura del Secretario General del PSOE, el señor Sánchez, con el vínculo o unión de hecho de Ciudadanos. Él, con pretensión de ocurrente, lo denomina Gobierno de Ciudadanos presidido por Sánchez.

Lo cierto es que finalmente Iglesias deriva a "las bases" la decisión. Y hay que preguntarse ¿por qué lo hace? Entiendo que sencillamente porque al no haber conseguido su objetivo de condicionar la investidura en términos para los que 69 diputados, además de relativa relación de sujeción a su liderazgo en el caso de los de las denominadas confluencias, era una pretensión punto menos que imposible, busca ahora cerrar la posibilidad de tener que apoyar un Gobierno de cambio del que, sin embargo, él no sea, no ya vicepresidente, como pretendía, sino ni siquiera ministro. Revelando así también que el documento que llevó a la reunión a tres celebrada el jueves era papel mojado, y que el gobierno del cambio solo admite para él una conjugación en primera persona que se cumpliría únicamente con su presencia en el mismo. Sin duda lo hace confiado en la irreductibilidad de las bases, tanto más esperable en función de los términos en los que se plantea la consulta.

Esto me da la oportunidad de apostillar lo que la semana pasada escribí.

Esta moda iniciada por Sánchez de consultar a la militancia es una irresponsabilidad y una ligereza. Nuestro sistema político, eso lo debería saber, y supongo que lo sabe el grupito de profesores fundadores de Podemos, y como no, la élite dirigente del PSOE, nuestra democracia en definitiva, es de carácter representativo. Representativo quiere decir que se ejerce a través de representantes, de los electos. Y ejercer es practicar o llevar a cabo los actos propios de las facultades de representación. Y no lo hacen, no ejercen la representación encomendada, no deciden sin buscar por conveniencia y oportunismo, el cayado que les pueda proporcionar la militancia. Bueno, no seamos ingenuos. No lo hacen cuando no les conviene.

Se puede especular con que si Sánchez o cualquier otro hubiera aceptado el planteamiento de Iglesias, el fundamental, ponerle a él en buena medida al mando, no hubiera sido preciso consultar a las bases. Puede y debe hacerse, con una conclusión sin muchas alternativas.

Cuando acaba la retórica se desvela en toda su crudeza la realidad. Lástima que las bases no lo vean. Sin olvidar una prevención de Montesquieu que no tienen en cuenta estos jóvenes dirigentes: "A la mayoría de las personas prefiero darles la razón rápidamente antes que escucharlas". Pues eso, sin demora, a consultar a las bases, pero todo y siempre. Si ese es el modelo, el de Podemos, y el de Sánchez, espero que no el del PSOE. Aunque todo el entramado de confluencias confederales lo haga difícil. Ahí estará el mérito, en reducir a unidad las diferencias alguna vez. El otro modelo que hay por aquí ya lo conocemos, y tiene que mejorar. La democracia representativa se ejerce, se debe ejercer por los representantes. No por el jefe. Ni siquiera por los jefes.

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