Opinión

La fiesta nacional

HOY CELEBRAMOS los que compartimos la condición de españoles, seamos una sociedad o una comunidad política, nuestra Fiesta Nacional. Así viene siendo, sin perjuicio de anteriores precedentes, desde que en 1987, mediante la Ley 18/1987, que declaró Fiesta Nacional de España a todos los efectos esta fecha. Se consignaba en dicha norma que "la fecha elegida, el 12 de octubre, simboliza la efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los reinos de España en una misma monarquía, inicia un periodo de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos". Valga para que la letra oficial del Boletín Oficial del Estado se entienda en su verdadero alcance, lo que García Lorca dijo al respecto: "El español que no conoce América, no abe lo que es España".

Creo que es bueno celebrar nuestra Fiesta Nacional, que tiene lugar en la fecha en la que se conmemora el hecho más relevante de nuestra historia, lo que qué en el reciente quinto centenario se denominó "encuentro de dos mundos", y creo que es conveniente detenernos unos minutos a considerar lo que España es como comunidad, como grupo humano y social, lo que ha significado, y los valores de toda índole que nos han trasmitido nuestros mayores legándonos un acerbo extraordinario como pueblo y como seres humanos.

Y desde luego, es oportuno que reparemos en esta fecha que somos. Que seamos conscientes que no nos llamamos ni nos llaman o algún texto jurídico políticos nos denomina españoles. Somos españoles, y lo somos por ser gallegos, castellanos, catalanes, andaluces, navarros, extremeños, canarios, navarros, aragoneses, murcianos, riojanos, vascos, cántabros, baleares o valencianos. Somos los integrantes de una comunidad que ha sido una notable protagonista del devenir histórico, pero que tiene hoy, en el siglo XXI entidad , personalidad y acervo de valores y bienes para seguir brindándole a la humanidad ideas acerca de cómo puede se puede seguir construyendo un mundo mejor, más libre y más acorde con lo que la humanidad debe ser.

Hemos sufrido como sociedad, se dice que no hay rincón en el planeta donde no haya una tumba de un español, pero ese sufrimiento es nuestra fortaleza, y lo más importante, nuestra contribución histórica y en no pocas ocasiones nuestro padecer colectivo sirvió para mejorar la realidad. Pese a las leyendas negras, las leyes de indias constituyen un monumento del reconocimiento de la dignidad del ser humano. Ese es el espejo en el que debemos mirar nuestro pasado.

Y aunque parezca que la idea de lo hispano se diluye en la internacionalización y en la actual cosmovisión del mundo por una parte y en el localismo acentuado hoy Tan acusado de forma contradictoria por otra, no cabe duda de que en lo esencial, aquello que constituye lo mejor de ese acervo común al que aludía, sigue ahí, y seguirá haciéndolo siempre, porque no sabemos ser de otra manera, y porque el mundo que conocemos hubiera sido peor sin el concurso de nuestros mayores, como el mundo de hoy y el de mañana, sería peor sin nosotros, si no pudiéramos seguir aportando todo eso que ha contribuido a configurar nuestro ser histórico. Con esa consideración debemos hoy felicitarnos entre nosotros en esta fecha de nuestro día. El día de la comunidad de los españoles.