Opinión

Fragilidad económica

LOS DATOS del PIB de España del segundo trimestre, con una contracción del 18,5 por ciento, casi el doble que el de Alemania, y superior a la que experimentan Francia, Italia e incluso Portugal, es sin duda preocupante. Nos coloca en recesión e indica una situación muy preocupante, viniendo a poner de relieve que nuestra economía muestra una fragilidad mayor que la de los demás miembros de la Unión Europea.

Eso es lo que tienen que manejar y enfrentar sin demora nuestros gobernantes, aceptando como primera providencia la realidad tal como es.

El día nos ofrece una anécdota que no se orienta en esa dirección. El ministro comunista de Consumo, el señor Garzón, ha quedado retratado en las redes frente al profesor Rallo.

Garzón, que exhibe formación económica, dijo en un tuit que "la economía de EE.UU. cae un 33% anual, lo que es un dato histórico que rompe todas las series temporales. La cifra describe la dureza de este tiempo y obliga a poner en cuarentena a todos los que han querido ver la crisis económica española como nacional-específica". Rallo en otro tuit matizó la cuestión afirmando que "muchos de los que hoy colocan el grito en el cielo con la caída del PIB estadounidense mañana minimizarán la caída del PIB español", al tiempo que advierte: "Recordad que ambas cifras no serán directamente comparables: la cifra estadounidense se presenta anualizada y la española no" y en otro posterior que "el PIB de España cayó un 18,5% en el segundo trimestre.Viernes leímos que el PIB de EE.UU. se redujo un 32,9%. No os confundáis: la caída de EE.UU. está anualizada, la de España no. Sin anualizar, la caída de EE.UU. fue del 9,5%. Por tanto, España se ha contraído casi el doble que EE.UU.", añadiendo que "la contracción anualizada del PIB español es del 55,8% (frente al 32,9% de EE.UU.)", advirtiendo a "todos los que dijeron que lo de EE.UU. era un absoluto desastre por culpa de Trump", ahora pudieran concluir en consecuencia que lo sucedido en nuestro país lo es de Sánchez-Iglesias. El ministro ha tenido que reconocer su error y que el cálculo norteamericano era anual.

No se trata de comparar los nuestros con otros datos malos porque no sirve para nada útil. Es verdad que la parálisis de nuestra economía fue total durante algunas semanas, fue más intensa que en otros países. Lo importante, no obstante, es tomar conciencia de la realidad. Nunca nuestra economía, como sucede en las demás de los países desarrollados, conoció unos datos tan tremendos, pero los nuestros son los peores, y hay que admitir que es así. El liderazgo, como ha dicho Mitt Romey, "trata de tomar responsabilidad, no ponerse excusas. Es tiempo de actuar con decisión, firmeza y constancia, no de dolerse y refugiarse en penas ajenas".

Intranquilizan las ligerezas. Alarma que un miembro del Consejo de Ministros quede desautorizado en los términos que antes quedan reflejados, y se echa en falta la misma decisión exhibida para decisiones como la de establecer, en momentos tan difíciles, el ingreso mínimo vital, para ponerse manos a la obra sin demora y articular una política que propicie la recuperación de la economía nacional. No parece que las raquíticas conclusiones de la comisión constituida en el Congreso para tal fin dibujen las acciones necesarias para ese fin que tiene que constituir un verdadero objetivo nacional. Para gastar hay que asegurar los recursos, también en política, y también por los gobiernos autodenominados progresistas.

No tenemos interés en confirmar lo que Margaret Thatcher dijo en 1976: "El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero... de los demás". Nos interesa que nuestro país, y para ello nuestra economía salgan adelante. A eso hay que convocar a todos. Eso es el liderazgo, y eso es lo que esperamos los ciudadanos.

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