Opinión

El 12 de octubre

Es una de las fechas más importantes de la historia de la humanidad, y es por eso la más relevante que España ha protagonizado en la suya

HAY QUE SER muy paciente y llevar al límite la capacidad de tolerancia para soportar la desfachatez, la insolencia y la falta de respeto a la sociedad política que es España, de la que Cataluña es esencia, ante lo proferido, provocativamente , con patente voluntad de agraviar, por los miembros Gobierno de la Generalidad catalana con su presidente al frente, al hacer público, por medio de su portavoz Patricia Plaja, su desaprecio del día de la Fiesta Nacional, en el que también se conmemora el encuentro de dos mundos merced a la singladura de la expedición colombina patrocinada por los Reyes Católicos.

Los sujetos que gobiernan la Generalidad de Cataluña han manifestado que estiman que el 12 de octubre, Día de la Hispanidad, es "la efeméride de un genocidio", una fecha en la que "no hay nada que celebrar" y en la que el ejecutivo catalán ha decidido, por tanto, "reunirse con normalidad".

Según la referida portavoz, el ejecutivo autonómico catalán "no comparte la significación que se le da al 12-O" y ha añadido que se trata de "una fiesta que no representa a la mayoría de catalanes".

Por ello, dijo la portavoz, el ejecutivo presidido por Pere Aragonès se ha reunido "con normalidad", como hace "habitualmente" cada martes, si bien solo se ha aprobado un acuerdo de Govern, en materia de educación.

Debe ser una fijación acerca de lo del genocidio la que tiene Pere Aragonès, que es claro que está detrás de una comparecencia política tan inoportuna como lamentable y ofensiva para los ciudadanos españoles, pues ya el año pasado, cuando era presidente en funciones excusó su asistencia a los actos de celebración que tienen lugar en Madrid, con una misiva dirigida al Ministerio de Defensa, impropia de quien tiene responsabilidades políticas, en la que se despachaba, después de expresar hipócritamente todo su respeto hacia aquellas personas que celebran la fiesta del 12 de octubre, afirmando la "necesidad de no olvidar que esta fecha significa el inicio de uno de los peores genocidios de la historia de la humanidad y el comienzo de una etapa oscura de imperialismo y colonialismo".

Ya sabemos que solo el nacionalismo de inspiración mística vive y ha vivido la perfección, antes y ahora, pero tiene el problema, precisamente por ello, de no ser una realidad de este mundo. Sus seguidores, pues, solo pueden emitir juicios con algún fundamento de lo que sucede en los jardines de su Edén en el que discurre su existencia intelectual y política. Desde luego, hay que decir que todo tiene un límite, y este ya ha sido, a mi juicio, superado ampliamente.

El 12 de octubre es una de las fechas más importantes de la historia de la humanidad, y es por eso la más relevante que España ha protagonizado en la suya y la mejor para celebrar nuestra fiesta principal.

Por lo demás, le convendría al molt honorable Aragonès y a sus honorables consejeros leer con atención el codicilo que acompañaba el testamento de la reina Isabel la católica, en particular el ordinal XI del mismo, otorgado días antes de su muerte en 1504, en el siglo XVI, en el que se dice: "También mando que en cuanto que el Papa nos concedió las Islas y Tierra Firme del Mar Océano descubiertas y por descubrir [América y las islas cercanas], y como fue mi intención procurar, inducir y atraer a los pueblos que las pueblan a la fe católica, y enviar a las Islas y Tierra Firme prelados y religiosos y clérigos y otras personas doctas... para instruir a los moradores de aquellas tierras en la fe católica, y enseñarles buenas costumbres. Además suplico al rey mi señor muy afectuosamente, y encargo y mando a la princesa, mi hija, y al príncipe, su marido, que así lo hagan y cumplan, y que esto sea su principal fin y en ello ponga mucha diligencia, y que no consientan ni den lugar a que los indios, vecinos y moradores de las Indias y Tierra Firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, antes al contrario que sean bien y justamente tratados, y si han recibido algún agravio que lo remedien y provean para que no se sobrepase en cosa alguna lo que en las cartas apostólicas de dicha concesión se mandaba y establecía".

Esa disposición es también memoria de España, y convendría no olvidarlo para entender el 12 de octubre, y para que Aragonès y sus consejeros lo entiendan también.