Opinión

La componenda navarra

La primera acepción de componenda que nos brinda el diccionario de la Rae es la de "arreglo o transacción censurable o de carácter inmoral". Es a esa a la que me refiero al titular esta columna de hoy, porque es la que conviene a acuerdos como el convenido al parecer por el PSOE y UPN a través del ministro Bolaños y el dirigente de la formación Navarra señor Esparza. Para el apoyo a la reforma laboral. Abundan por desgracia en la política española demasiados pactos de la misma lamentable cualidad. 

El acuerdo al parecer tenía cinco puntos, dos más explicitados y otros tres más nebulosos. Lo convenido fue, en primer término, y es lo único concreto e inmediato, y no hay que ser ingenuos, que los dos diputados regionalistas votarían a favor de la reforma laboral y los socialistas, a cambio, se comprometían a no apoyar la reprobación del alcalde de Pamplona Enrique Maya de UPN. Además se negoció otro compromiso difuso de inversiones de 27 millones en Pamplona. Y al parecer otros tres: que se sancionaran los ongi etorris o bienvenidas públicas a los presos de Eta, inversiones para la limpieza de los cauces de los ríos para evitar inundaciones y un estudio para sacar las vías del futuro TAV del centro de Tudela. Entre ustedes y yo vaya menestra. Y ya se sabe, por eso aludo antes a la ingenuidad, que los estudios y comisiones y las inversiones no presupuestadas son engañifas para mejor dilatar lo que ni se hace ahora ni se va a hacer. De modo que concreto y meridiano solo se constata que el PSOE, que así lo anunció, no iba a apoyar la reprobación, que no moción de censura por cierto, del alcalde pamplonés. 

Negociar el apoyo de una ley, como es la reforma laboral a cambio de salvar la cara de un alcalde del propio partido, o su estabilidad o como lo quieran llamar, es una lamentable componenda en el sentido que he apuntado antes, y ya hemos conocido demasiados acuerdos en el devenir de nuestro parlamento, que por desgracia se han cumplido, y que se resumían a que los diputados de uno apoyaran una norma para que así se salvara la jeta de algún cargo público o se hiciera la vista gorda a alguna sinvergonzada partidaria de otro. 

Ante esto, y dada la tensión política que se registra en Navarra, con un gobierno foral socialista en connivencia con Bildu, hay que preguntarse si los diputados de UPN, electos además en la Coalición Navarra Suma, estaban obligados a cumplir la instrucción de voto derivada de semejante compromiso. 

Creo que no. Sobre que los parlamentarios no tienen mandato imperativo, y no se les puede ordenar sino solo sugerir, y más si han sido electos en una coalición, entiendo que el acuerdo era tan grosero y tan impreciso en lo aparentemente positivo, aunque fuera solo desde el localismo, en lo que a inversiones se refiere, que no podía ser determinante para su apoyo a una norma que no consideraban que mejorara la regulación de las relaciones laborales; porque la apreciación de PSOE y Podemos no es dogma aunque la exponga la señora Díaz, y la orden del jefe del partido propio, por más que controle la lista electoral, tampoco lo es, ni debe serlo. 

Avanzar en la democratización de nuestro sistema democrático es que haya pocos y ningún acuerdo como el referido y frustrado por la actitud de los señores Sayas y García Adanero. No deja de ser un episodio en el que la componenda no salió adelante, en mi opinión, por fortuna.

Comentarios