Opinión

Como ayer

ADEMÁS DEL Nuevo Testamento tengo como libro de cabecera, hoy mucho más cómodo y asequible en un libro electrónico, los Episodios Nacionales de Pérez Galdos. Estos días releyendo el que se titula “La España Trágica” que aborda el tiempo convulso de los primeros años 70 del siglo XIX, mientras Prim buscaba un Rey, encuentro textos que de algún modo son actuales.

Así Galdos pone en boca del héroe de los Castillejos, el general Prim, la siguiente reflexión que como gobernante le suscita la situación que estaba viviendo: “Habrán ustedes visto, como yo, que España padece desde el año anterior una calentura muy alta, que más se enciende cuanto más agua fría tratamos de echar sobre ella con nuestra paciencia y nuestra moderación. No hay templanza que baste; no hay razón con fuerza suficiente para llevar la tranquilidad a este manicomio…Yo creo que pocos han de igualarme en energía y coraje cuando la ocasión lo pida, pero también digo que en paciencia doy quince y raya a los santos del calendario, y haré gala de esta virtud cuando todos se hayan disparado en la insensatez….Pero tengo en mis manos el porvenir de la Nación, y la Nación ha de decirme algún día: “Juan Prim, no más paciencia, hijo”. También respecto a los muy activos federalistas, el gran escritor hace que Prim se produzca en los siguientes términos: “Los federales quieren que yo me ponga un gorro colorado, y salga por ahí con unas tijeras descosiendo el mapa de España, y haciendo cantones como los de Suiza. Yo digo que la Suiza que conocemos no se hizo con tijeras, sino con hilo y aguja. Primero existían los cantones; después vino la nación confederada…”.

Que actuales resultan los renglones que trascribo. Bueno, como lo parece la broma que atribuye al inquieto personaje José Paúl y Angulo que formo parte del grupo promotor de la Revolución de 1868, y después se convirtió en acérrimo enemigo de Prim. Antonio Pedrol Rius, incluso le atribuye en su obra acerca del atentado de que fue victima el General en la calle del Turco, le señala como partícipe destacado. La supuesta astracanada que atribuye Prim en una conversación a Paúl y Angulo la narra así Galdós: “De Londres vino Paúl a Paris, donde organizó una peregrinación a Roma. ¡Y qué peregrinación tan pía! Era una partida de aventureros italianos y españoles, de demagogos franceses, lo más perdido de cada casa. El objeto de la peregrinación era disolver a latigazos o a puntapiés el Concilio Ecuménico…arrojando de San Pedro a los obispos, y…no sé lo que harían con el Papa… ¿Hase visto demencia igual?....

Pues comparen: El huido Puigdemont se fue a Bruselas para terminar gritándole a la Unión Europea que es “un club de países decadentes, obsolescentes, en el que mandan unos pocos, además muy ligados a intereses económicos cada vez más discutibles” por lo que “(Los catalanes) deberían decidir si quieren pertenecer a la Unión Europea”.

Los delirios son muy malos porque el exabrupto precisa  aclaraciones: ¿Cataluña no está en la Unión Europea? ¿Es o no decadente y obsolescente? En fin, dejemos lo inapropiado de este último calificativo. Obsolescente es lo que esta volviéndose obsoleto. Vaya tautología pues.

Sigue la tabarra de que esto se arregla declarando que somos un Estado federal. Declarándolo, porque más que federalizado de hecho ya está. Olvidan algunos que las normas siguen a la realidad, no la hacen….
Y ahora nos desayunamos con que Iglesias el jefe de la parroquia podemita, en esto sin consultarla, y no es tema menor, impulsa un recurso de inconstitucionalidad, pues al sumar su grupo más de 50 diputados tiene a su alcance tal posibilidad, para impugnar los términos de la aplicación por el Gobierno del Art. 151 de la Constitución. Lo hace al dictado de su “musa” Ada Colau. No admite a los de Esquerra y compañía. En fin, se trata solo de enredar, y de cuestionar lo incuestionable. ¡No se oyó una propuesta de Iglesias para restablecer el orden constitucional alterado en Cataluña! Lamentable, un caos si quedaran las responsabilidades públicas en manos de toda esta gente mesiánica, eso si, con su Mesías propio cada facción. 

Nada nuevo bajo el sol. Pero como cansa y aburre, y cuanto nos perjudica a todos.

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