Opinión

Cogobernanza

Aunque eso no nos ha ahorrado los reproches mutuos para endosarles a los otros la responsabilidad si las cosas van mal

La gobernanza en su acepción básica es "la acción y efecto de gobernar o gobernarse". La última actualización del diccionario de la RAE no recoge la expresión cogobernanza, que por tanto aún está en fase de consolidación como tal.

Sí recoge el diccionario por ejemplo la expresión copríncipe en los siguientes términos: "En Andorra, cada una de las dos personas que comparten la jefatura del Estado". Pero nos sirve, si la aplicamos al poder ejecutivo hace referencia a "cada una de las personas que comparten el gobierno en un país o territorio".

Como el presidente Sánchez y algunos titulares de los gobiernos autonómicos vienen refiriéndose a ella para hacerlo a como están todos ellos manejando el poder público en la lucha contra la epidemia, resulta de interés, creo, una breve valoración de lo que está pasando.

La conclusión es que la cogobernanza no ha entrañado ningún efecto significativamente positivo en la dirección de las acciones contra la epidemia, y sí viene siendo sin embargo un factor de confusión. Hay que estudiar a fondo las medidas adoptadas por los diversos gobiernos autonómicos para saber en caso de un desplazamiento necesario y por tanto presumiblemente autorizado qué condiciones lo limitan en cada territorio, pues no son las mismas, y por tanto si es realmente factible hacerlo y con qué concretas exigencias.

Así, la sensación, que no es más que consecuencia de la realidad de hecho, no es la de ser ciudadano de un país que está combatiendo una emergencia sanitaria, sino de que distintas autoridades la están afrontando con sus propios criterios, recetas y en algunos casos ocurrencias. Que hay que suponer que es el deseo de alguno de los que deciden.

Y eso, sobre que no es cogobernar, pues no se comparten las decisiones, solo supone que se fraccionan, que no es lo mismo: el gobierno del Estado declara el estado de alarma y los ejecutivos autonómicos ejercitan en solitario y con su propio y único criterio los poderes excepcionales que este atribuye a las autoridades. Aunque eso no nos ha ahorrado los reproches mutuos para endosarles a los otros la responsabilidad si las cosas van mal.

¿Puede la ciudadanía estar satisfecha de esta cogobernanza? Yo creo que no. Y lo estimo así, más allá de la necesidad de un manual de instrucciones para saber lo que sucede en un país, que sigue existiendo y siendo eso exactamente, aunque algunos no quieran, una sola comunidad política, sin perjuicio de que esté estructurado nuestro Estado como compuesto. La emergencia sanitaria es la misma, es única, como se ha visto, y no parece que los consejeros de Sanidad tengan mejores ideas que el ministro, ni que las comunidades autónomas la entiendan mejor que la Administración estatal. De modo que lo que procedía, y han sido incapaces de llevarlo a término, es una activa coordinación en la acción directiva encabezada por el ministro, aunque no le guste al lendakari o a alguno de los molt honorables, porque lo que no es razonable es que pretendan dirigir cada uno de ellos a todos, que dicho sea como es, en muchas ocasiones es lo que parece; y puede que lo que les incomoda es que no sea así, y que no manden ellos en todo y en todos, lo que no parece que sea el objetivo a alcanzar.

En fin, diga lo que diga y sea quien sea quien lo diga, la práctica de la coordinación y lo demás que la cogobernanza demanda y no se constata en la realidad, a mí al menos no me parece que haya discurrido en buenos y convenientes términos para el interés de los ciudadanos.

Lo he dicho muchas veces, y es oportunidad de repetirlo. Las competencias tienen vocación de exclusividad en su ejercicio, y detentarlas de forma compartida demanda un entendimiento que, a mi juicio, hay demasiada gente que no tiene voluntad de propiciar o no es capaz de conciliar. Y así nos va. El señor Sánchez habla de coordinación, colaboración o cooperación como manifestación de la cogobernanza. Urkullo y Aragonés, y no solo ellos, nunca hacen referencia a eso. Solo proclaman sus decisiones. El resultado de confusión es obvio. Vaya cogobernanza pues.

Yo al menos este modelo de cogobernanza no lo apruebo, si es que mi disconformidad sirve de algo.

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