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Los empresarios y el 24-M

VERANO DE 2006. El primer arreón soberanista de Artur Mas, con la polémica del Estatut catalán, tuvo una sorprendente lectura desde Galicia. «En España no se va a romper nada», advirtió una sólida Rosalía Mera entonces, en los meses de mayor ardor de aquella primera embestida rupturista. Las palabras de la multimillonaria progre, la mujer que dio las primeras puntadas junto a Amancio Ortega a ese proyecto que hoy es Inditex, fallecida en 2013, chocaron, pero no sonaron entonces a desatino. Más bien, todo lo contrario. El mensaje, balsámico, estaba cargado de juicio y cordura, que el tiempo se encarga de demostrar, pese a consultas que no son tal y supuestas elecciones plebiscitarias que están por llegar.

A los empresarios, actores como el que más de los cambios sociales y políticos de su entorno, se les agradece precisamente ese talante. El de la reflexión y la prudencia. Es algo que no se les suele exigir. Está en su ADN. Y es por ello que contrastan, por dispares entre sí, las valoraciones de dos referentes del mundo patronal de Galicia tras los resultados electorales del 24-M, con la irrupción de fuerzas ciudadanas y la fragmentación del espectro municipal y autonómico. Al sosiego en el análisis de la Asociación de la Empresa Familiar se contrapone el tono, por momentos desafiante y un pelín bélico, de la Confederación de Empresarios de Galicia, para entendernos, la teórica gran patronal.

La prudencia de la patronal de la empresa familiar contrasta con el tono bélico de Alvariño

Desde Santiago, y en presencia de Núñez Feijóo, el presidente de las empresas familiares, Emilio Pérez Nieto, aludió sin citar al resultado del 24-M y, con tiento, puso sobre la mesa la «necesidad de generar un clima de confianza aceptando los cambios que reclama la sociedad». Confianza, estabilidad y serenidad fueron sus medidos llamamientos a la clase política. Y ese mismo día, desde Vigo, también bajo la atenta mirada del presidente de la Xunta, José Manuel Fernández Alvariño, el patrón de patronos, buscó el titular sin cortarse y, con cierto atropello, planteó una cosa y la contraria. «No nos metemos en los colores, que son muy buenos para la democracia, pero los nuevos mandatarios tienen que pronunciarse a favor de no frenar el crecimiento empresarial. El papel lo aguanta todo, la cruda realidad es otra cosa, es gobernar», inquirió sobre el cumplimiento de los programas. «Hay proyectos que no acaban de cuajar porque hay una cierta inquietud», hurgó un poco más.

La locuacidad de Fernández Alvariño, que le llevó a asegurar: «A mí no me tapa la boca nadie», desafina con la prudencia de un Emilio Pérez Nieto sobrado de tablas, al frente de una patronal que aglutina el 17% del PIB gallego y da empleo a más de 48.000 trabajadores. Es lo que tenemos. Como también un escenario complejo de aquí a final de año. Y quizá, ya puestos, casi más que el resultado, sea precisamente un año trufado de convocatorias electorales lo que puede poner en riesgo una recuperación que comienza a tomar cuerpo, por la parálisis de las administraciones y la inestabilidad de pactos que no acaban de fraguar, que esa es otra, caso de Andalucía.

¿Estamos hablando de la irrupción de perros verdes tras las elecciones?

Al menos en Galicia no contamos con un presidente de la CEOE como Juan Rosell, que pide directamente a las formaciones políticas «olvidarse de los programas», o empresarios como el exministro Juan Miguel Villar Mir, que anuncian tiempos marxistas leninistas. ¿Estamos hablando de la irrupción de perros verdes tras las elecciones? Pues, para dejarnos de matices, que los hay, y muchos, lo cierto es que una cosa es Ada Colau, en Barcelona, y otra muy distinta Manuela Carmena, en Madrid. Por poner dos ejemplos. Frente a las soflamas de la activista metida a política, no parece que una mujer que fue vocal del Consejo General del Poder Judicial se apunte a eso de «desobedecer las leyes que nos parezcan injustas», como propugna Colau. Tampoco parece que lo vaya a hacer un profesor de Derecho Procesal (Xulio Ferreiro) o un político que ya fue alcalde (Martiño Noriega). Pero todo, lógicamente, sobre el papel.

En Galicia, el sentido común ha hecho que alcaldes que en su día llegaron al cargo con el cartel de antisistema, precursores de movimientos vecinales tachados de estrafalarios, se hayan convertido en confortables gobernantes de municipios en los que tienen residencia grandes fortunas de este país. Hablamos, por ejemplo, de Oleiros, de García Seoane , de Alternativa do Veciños y de apellidos como Ortega, Jove, Tojeiro, Isla, Collazo y unos cuantos más. Por tanto, siempre será mejor quedarnos con Pérez Nieto y su serenidad antes que con Fernánde Alvariño y su desparpajo. Para valorar unas elecciones y para algunas cosas más.

La doble lectura de los datos del desempleo

CON permiso de la corrupción, el desempleo es, de largo, el problema más grave de este país. También en Galicia. Y lo seguirá siendo. Esa es la mala noticia de los datos de mayo. El ritmo de descenso del paro, y el ligerísimo repunte de las afiliaciones a la Seguridad Social, así lo indican. Los datos de mayo ponen sobre la mesa un avance significativo frente al descenso registrado por la media nacional, se mire en tasa intermensual o interanual. Es decir, Galicia está recortando el paro registrado (3,1% y 10%, frente a abril o al mismo mes del 2014, respectivamente) a un ritmo superior a España. Sin embargo, hasta once comunidades recortaron más el desempleo que Galicia. Y la afiliación a la Seguridad Social repuntó un exiguo 0,8% en las oficinas de las cuatro provincias.Y todo ello teniendo en cuenta que mayo es un muy buen mes para la generación de empleo. Desde siempre.

Los datos también vuelven a dejar al descubierto la debilidad de nuestra estructura laboral. Nueve de cada diez contratos nuevos son temporales, en línea con la media española. Pero es que, del total, un tercio tuvieron una duración inferior a una semana. Las piezas comienzan a encajar si tenemos en cuenta que el sector servicios y la construcción son los ejes sobre los que se asienta la generación de empleo.

El problema no es ya del modelo productivo que queremos, si no al menos de un patrón de crecimiento distinto que nos aleje de una vez por todas de las causas de la crisis económica. Ojo porque los datos del paro también nos dicen que, de una tasa de cobertura del 80% en 2008, entre subsidios y prestaciones, hemos pasado a un 54%.

AMANCIO ORTEGA. Lo que une y separa al fundador de Zara y a Warren Buffett

NADA menos que por encima del inversor norteamericano Warren Buffett se sitúa ya Amancio Ortega y su fortuna. A ambos les unía ocupar, junto a Bill Gates, el podio de los tres grandes patrimonios del orbe. Pero, ahora, el fundador de Inditex desbanca a Buffett del segundo puesto, al contabilizar la agencia Bloomberg un patrimonio de 63.700 millones para el creador de Zara. Es cierto que el cálculo del índice es diario, en referencia a la revalorización de las cotizaciones de sus participaciones. Y también que la fortuna de Ortega, al controlar casi el 60% de Inditex, está indisolublemente ligada al valor en Bolsa del grupo textil. Pero no lo es menos que a Buffett y a Ortega les unen sus fortunas y les separa el destino que hacen de su patrimonio. El inversor norteamericano decidió donar en 2006 más del 80% de su dinero a finales sociales, labor filantrópica que está a años luz de la que realiza el magnate gallego. ¿Hasta cuándo?

ROSA QUINTANA. El sector lácteo pide unión, pero también decisiones urgentes

LA buena intención al crear un grupo de trabajo con los sindicatos agrarios no se la quita nadie, pero las prisas no han marcado, precisamente, la actuación de la Administración gallega ante un problema urgente, que además tenía fecha. El fin de las cuotas ha impuesto la ley de la selva en el sector. Y precios en contratos basura que se quedan, en casos extremos, en los 18 y 22 céntimos el litro de leche. Rosa Quintana, la titular de Medio Rural, apunta a los primeros compradores, un reducido grupo, a su juicio, que a ojos de los sindicatos es toda una estructura de auténticos «piratas». El sector pide unión, como la iniciativa que acaba de impulsar Medio Rural, pero también determinación para acabar con una dinámica que se puede cronificar. Y decisión para exigir que la ministra del ramo, García Tejerina, actúe de una vez, pasando a lo hechos.

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