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Las puertas giran en Galicia

Pescanova, Zeltia, Adolfo Domínguez y San José cuentan con exministros en sus consejos

Llegamos a quererla mucho. Nos ayudó mucho el tiempo que estuvo con nosotros. Fue tremendo, porque la primera cara que dio el tumor que le diagnosticaron fue la metástasis. Una gran pérdida». Quien así habla conoce muy bien el otro lado de la lucha contra el cáncer. Es José María Fernández de Sousa-Faro, antes presidente de Zeltia, hoy Pharmamar. La aludida no es otra que Loyola de Palacio, que fue consejera de la biotecnológica gallega
hasta su fallecimiento, en 2006. No llegó a conocer el éxito de Yondelis, el antitumoral estrella del grupo. De Palacio había sido antes ministra de Agricultura y vicepresidenta de la Comisión Europea. Su hermana Ana Palacio, ministra de Exteriores entre 2002 y 2004, ocupa hoy un puesto en el consejo de Pharmamar como vocal independiente.

El de las ‘puertas giratorias’, ese trasvase de políticos que optan por la actividad privada al final de su carrera en el sector público y ocupan sillones en consejos de grandes empresas, por ejemplo, es un debate que se abre en falso cada vez que hay un fichaje de relumbrón. Y son precisamente los que están llegando, las formaciones emergentes, las que quieren romper con unos hábitos y tics de la llamada vieja política que, en muchos casos, son criticables, pero ni mucho menos puede establecerse un común denominador entre tanta casuística. Ejemplo cromático de todo ello son los expolíticos
en consejos de administración de señeras empresas gallegas, que los hay. Y muchos.

Esta semana ha sido la incorporación de Elena Salgado al consejo de la nueva Pescanova, a propuesta de Caixabank, el movimiento que agita de nuevo el recurrente debate sobre las ‘puertas giratorias’. Ministra y vicepresidenta económica del último Gobierno de Zapatero, la ourensana de cuna va por el libro esta vez, no como cuando a los tres meses de dejar el cargo fichó por la filial chilena de Endesa, respetando la ley pero riéndose del espíritu que emana del régimen de incompatibilidades para cargos públicos. Esos dos años de prohibición para dar el salto al sector privado se quieren ampliar ahora, como mínimo, a un lustro. Pero antes que hablar de años, debería establecerse mucha mayor transparencia en cuanto a las relaciones entre quienes fueron antes regulador y regulado, y ahora son empleador y empleado. Porque hay vida más allá de la política. De demostrarlo se ha encargado, por ejemplo, Antonio Couceiro, conselleiro con Fraga, durante una década primer ejecutivo de Begano y hoy en los consejos de Inveravante y Pescanova. Veamos otros ejemplos sin salir de Galicia.

En el consejo de administración de Pharmamar, una de las cotizadas gallegas, acompañan actualmente a Ana Palacio otros dos exministros: el socialista Carlos Solchaga y el popular Eduardo Serra. Ambos figuran como independientes. Sus agendas y contactos valen oro. Nutrida representación política en un consejo formado por nueve miembros. En Adolfo Domínguez es Luis Carlos Croissier, ministro de Industria en el segundo gobierno de Felipe González e impulsor de la reconversión industrial, quien ocupa el puesto de consejero coordinador. Croissier, que también pasó por la presidencia de la CNMV, es un histórico en el grupo textil: ocupó la vicepresidencia y su primer nombramiento data de 1997.

Entre los muchos consejeros que han pasado por San José, la constructora presidida por Jacinto Rey, sobresale Josep Piqué, ministro con Aznar. Efímero fue el paso de este auténtico coleccionista de consejos por el grupo pontevedrés, ya que fue nombrado en 2012 y un año después dejaba el puesto para hacerse con las riendas de OHL, de Villar Mir, un competidor de San José. Guillermo de la Dehesa, secretario de Estado de Economía con Felipe González y ex del Banco Pastor, también fue consejero del grupo constructor, en el que sigue el ex ministro José Manuel Otero Novas, plenamente integrado en la actividad privada.

La puerta giró varias veces para Elena Espinosa. Paso de ser la adjunta al presidente del astillero Rodman a convertirse en ministra de Agricultura a los 44 años. Cumplida la etapa en el Gobierno de Zapatero, volvió a Moaña para ocupar hasta el año pasado la vicepresidencia del grupo. Más casos: el ex
secretario de Estado de Hacienda Estanislao Rodríguez Ponga, ahora imputado por las tarjetas black de Cajamadrid, ha pasado por el consejo de Finsa, la maderera compostelana. Allí estaba también el ex conselleiro Jaime Trebolle, que en su momento se incorporó al consejo de una Novagalicia presidida por el ex diputado Mauro Varela.

Por tanto, las puertas giran en Galicia. Lo hacen con cierta normalidad, ajena a debates de ocasión, como los que plantean ahora quienes pisan moqueta por primera vez.

Reganosa somos (un poco más) todos. El eslogan de las campañas del fisco, aquello de que Hacienda somos todos, bien podría aplicarse a Galicia. Y tomar como ejemplo la regasificadora de Mugardos, sin duda un proyecto estratégico. Siguiendo aquel pretérito gancho publicitario, Reganosa somos, un poco más, todos los gallegos. Concretamente, un 24,3% del capital de la compañía, que desde esta semana está en manos del capital público gallego. Unos 8,9 millones ha destinado la Xunta para hacerse con el 6,8%, en una operación larvada en silencio, que se viene a sumar a otra materializada en 2010, cuando el Gobierno gallego destinó otros 7 millones para alcanzar el 17,5% que mantenía hasta ahora. En total, casi 16 millones en cinco años son los que ha destinado la Xunta al capital de la regasificadora, al margen de lo que ya tenía desde su fundación.

Si en su día fue una operación de blindaje ante la salida de las difuntas cajas, el Pastor y Endesa, que requirió más recursos públicos y la participación de un grupo australiano, ahora es la estampida de Gasifica (Gas Natural Fenosa tenía un 21% que ahora se reparten Xunta y Tojeiro) lo que explica la
maniobra. Un complejo sistema de pactos y equilibrios ha condicionado la operación, ya que los accionistas de la compañía de Mugardos sólo pueden ejercer el derecho de tanteo sobre participaciones que sean igual o menores a las que detentan.

Ser el segundo accionista de la compañía, solo por detrás de Tojeiro, permitirá a buen seguro ampliar el número de consejeros por el lado autonómico. Hoy ya forman parte del consejo de Reganosa nombres como los de Alfonso Rueda o Valeriano Martínez.


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