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Las bazas del sector lácteo

PARA ALCANZAR el mejor resultado, cada miembro de un grupo debe hacer lo mejor para él mismo y para el grupo. Tomada tal cual, esta idea, que a primera vista parece inocente e incluso de perogrullo, sirvió a un matemático llamado John Forbes Nash para desarrollar la Teoría de los Juegos y establecer un «equilibrio» que le valió nada menos que el Nobel de Economía. Decía el malogrado Nash, fallecido esta primavera en accidente de coche, que cuando todos los jugadores conocen la estrategia de los demás, individualmente ninguno gana nada modificando la suya mientras los demás las mantengan. En una situación de competencia imperfecta, con claros fallos del mercado, como sucede en el sector lácteo, es perfectamente posible que el resultado sea mejor para todos si, de alguna manera, los jugadores coordinaran su acción. Y ese es, en gran medida, el paso a dar decisivo al que desde algunos ámbitos, tanto académicos como cooperativos, se invita a los productores lácteos gallegos. Es una más que necesaria mirada en positivo en medio de tanto ruido, una relectura en clave de futuro para una situación que no es nueva, la fuerte caída de precios, pero que sí se genera en un momento especialmente crítico, como es la etapa de incertidumbre tras el fin de las cuotas lácteas.

Del lado de la producción, resultan necesarias estrategias definidas para el sector. Hace falta organización y coordinación. En síntesis, unidad de acción. ¿Suena a nuevo? Nash en estado puro. En esta línea caminan algunas cooperativas gallegas, que son las primeras en clamar contra la situación de agitación y desamparo en la que está inmerso todo el sector en Galicia. Este viernes tuvimos una clara demostración de fuerza de nuestro campo, con alcaldes de todas las formaciones, y hasta unas sesenta cooperativas que desfilaron por las calles de Santiago reclamando precios justos.

Solo la unión de productores y ganaderos puede garantizar el contrapeso ante la industria

Estos días de movilización en el agro también nacía una plataforma en defensa del sector. Si analizamos el decálogo de demandas con el que echa andar, cualquiera podría suscribir sus postulados. Al fin y al cabo, no solo conforman esta plataforma los sindicatos, organizaciones agrarias y formaciones políticas. También consumidores, distribuidores y hasta auxiliares como los fabricantes de piensos, tan determinantes para los márgenes. Otra cosa es que desde distintos ámbitos logren ser asumidos esos postulados que plantea la plataforma. Por ejemplo,desde la industria, agrupada en una federación que no oculta su alma de lobby, y unas administraciones, tanto autonómica como central, a quienes el fin de las cuotas les ha pillado con el pie más que cambiado, improvisando mensajes, con un plan estratégico que ahora prometen pero que debería estar definido hace años y en plena fase de ejecución. También les ha descolocado la frontal oposición de la industria ante el paquete lácteo: contratos más o menos estables en el tiempo, organización, transparencia, unidad... Otra vez Nash.

Puede tener razón la conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, cuando advierte que con movilizaciones no se va a ningún lado, pero desde luego poco o nada se avanza si no se toman medidas, sobre todo a corto plazo, ante el constante incumplimiento de acuerdos y normas impulsadas por el propio Gobierno central. En esto, como en tantos otros órdenes de la vida, basta con que se cumplan las normas, antes que regular más. Y la industria tiene muchísimo que decir en todo esto, porque es la misma que se niega a sentarse con Xunta y sindicatos.

Tampoco iremos a ningún lado si no miramos al exterior. Primero, para comprobar que los precios en los mercados internacionales están como están. A nivel mundial, tomando los resultados del Índice GlobalDairyTrade, el precio registrado en 2015 es el más bajo de los últimos diez años de la serie histórica conocida. En todo ello tiene mucho que ver el particular ciclo de las commodities, que establece que cada tres años, durante los últimos treinta, se producen bruscos picos a la baja y al alza en el precio de la leche a escala global.

Debemos mirar al exterior, sí, porque sufrimos un demoledor efecto secundario del sistema de cuotas. Convertir a España en un mercado de consumo para la leche excedentaria de otros países de la UE, al no cubrir la demanda interna con la producción asignada, ha provocado que nuestras empresas apenas estén internacionalizadas. Y es ahí donde está la demanda actualmente, aunque también con retrocesos este año por parte de grandes países consumidores. El sector lácteo gallego navega por una tormenta perfecta, y la singladura depende de todos. Y de los resultados de la cooperación que tan bien dibujó John Nash.

Un goteo de fugas de centros de decisión

GALICIA asiste desde hace unos meses a un casi imperceptible pero constante goteo que, como la lluvia fina, amenaza con calar y mucho. Es el desplazamiento de centros de decisión de determinadas empresas, algunas de capital gallego, otras no, pero fuertemente vinculadas a la comunidad gallega. Ejemplos claros los tenemos en la fusión, denominada inversa, que llevará a cabo Zeltia con su filial Pharma Mar. El resultado será que la sede social de la emblemática compañía biotecnológica, actualmente en Vigo, pasará a Madrid, donde ya está su centro operativo. Pharma Mar, como hijo aventajado, será a partir de ahora la cabecera del grupo de José María Fernández de Sousa-Faro. Es un caso. Hay algunos más. Y muy recientes.

Ferroatlántica, con base en Madrid pero históricamente vinculada a Galicia por sus fábricas de Sabón, Cee y Dumbría, además de sus saltos hidráulicos, ha decidido fusionarse con el grupo norteamericano Globe. El ex ministro Juan Miguel Villar Mir controlará la mayoría del capital de la nueva sociedad, que tendrá su sede en Londres. Un poquito más lejos.

Otro caso. FCC y su filial Globalvía, en manos ahora del magnate mexicano Carlos Slim, han decidido desprenderse de la concesionaria de la Autopista Central Gallega, que gestiona la vía de pago entre Santiago y Ourense. El nuevo propietario, un fondo soberano de Malasia. Y la petrolera China Sonangol acaba de cerrar también la compra de un 33% del astillero Rodman, participación que se irá incrementando, según el pacto suscrito con el grupo vigués. Una lenta fuga de centros de decisión. Una hemorragia.

AMANCIO ORTEGA. Inditex también logra ser líder por valor en Bolsa

INDITEX ha bordado su semana grande. El grupo textil fundado por Amancio Ortega ha logrado colarse entre las cien primeras compañías del mundo por capitalización bursátil. Concretamente, en el puesto 77. Lo ha hecho la misma semana en que, como es habitual cada año, el grupo celebra como un paseíllo su junta general de accionistas en Arteixo, de la que pocas novedades se pueden extraer. El asalto al mercado de Estados Unidos es ya más una realidad firme que un deseo. Y cierra la semana como la compañía española con mayor valor en Bolsa, ligeramente por delante del Santander. Prácticamente 97.000 millones de euros para un proyecto nacido en 1975. Desde su salida a Bosla, en mayo de 2001, la compañía se ha revalorizado aproximadamente un 800%, período en el que el Ibex-35 lo ha hecho escasamente un 8%. Poco que añadir para un proyecto empresarial que por momentos parece no tener límite.

FRANCISCO BOTAS. El discreto ejecutivo de Abanca que saca pecho de las cuentas

CUANDO Juan Carlos Escotet se hizo con el control de Novagalicia en pública subasta, al banquero venezolano le faltó tiempo para anunciar que Francisco Botas sería su segundo, dando el salto desde el diminuto Banco Etcheverría, que ya controlaba el venezolano. Fue entonces cuando muchos se preguntaron si no le quedaría grande el puesto al ejecutivo coruñés, habida cuenta de las diferencias de balance y lo mucho que había que remar en el nuevo puesto, como consejero delegado de Abanca. Paciente y prudente, nada dado a los excesos, Botas ha ido consolidándose en el puesto al mismo ritmo que lo hacía el proyecto de Escotet. Esta semana ha presentado resultados semestrales, sin el jefe, y ha sacado pecho de un descenso de la morosidad que se ha reducido prácticamente a la mitad en un año. Solo le queda consolidar la plantilla. Y sin más bajas.

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