Opinión

Besos que saben a gloria

MARÍA LUISA se fue el viernes y cuando volvió ya podía darnos besos y abrazos a todos sin mascarilla, que es lo que está haciendo aunque no todos puedan verla. No para de achuchar a Jaime, a María y Pablo, a Carmiña y a Marcelino. Yo, además de verla, de vez en cuando puedo escucharla. Ayer logró sacarme una sonrisa: "¿Estáis tontos? Si vais a estar así de mustios mañana no bajo a veros, que sois unos muermos. ¡Veeeenga, a tirar pa'lante!". Le dije que no era tan fácil –aunque ella ya lo sabía– y le prometí que lo intentaríamos todos juntos. Me guiñó un ojo y sonrió ladeando la cabeza. Después, me dio un beso sin mascarilla porque ahora puede. Me supo a gloria, suegra.

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