Opinión

Chorizos

ANTES le había tocado a un señor que fue alcalde de Sabadell, después a una diputada del Partido socialista y al segundo de a bordo del socialismo catalán, principales actores de uno de los múltiples casos de corrupción en el oasis y paraíso catalán arruinado absolutamente y que sostenemos todos los españoles con una deuda que en el año 2013 se cuantificaba en más de 51.779 millones de euros.

Estos días les tocó a los separatistas de Convergencia y Unión. Estaba cantado. Lo sabía todo el mundo en Barcelona y era cuestión de tiempo que le metieran mano, eso sí, con suma delicadeza al trinque del famoso 3%. La Guardia Civil ha detenido al administrador del partido de Arturo Más y de su fundación que se llama CatDem, acusándolo de intermediar en el cobro de comisiones irregulares del citado porcentaje a cambio de adjudicaciones de obra pública. Ya se sabe que desde que pastorea la finca catalana Pujol y su prole, aquellos que querían firmar algún contrato con el gobierno regional tenía que soltar la mosca, de lo contrario no vendían ni un triste bolígrafo. Así, desde hace más de treinta años.


También ha sido detenido Josep Antoni Rosell, director general de Infraestructuras de la Generalitat y otros diez pájaros más, y se registraron los ayuntamientos de Olot y Sant Fruitós de Bages, así como una serie de empresas que se dedicaban a pagar el referido porcentaje. Desde aquel feísimo asunto de Banca Catalana del que Jordi Pujol se salvó por los pelos, gracias a que miraron para otro lado los responsables del gobierno de turno, hasta este último episodio, la corrupción es algo que yava unido al ejercicio de la cosa pública en la región catalana. A Pujol sus señorías no quisieron procesarlo en su día y, claro, cundió el triste ejemplo del que fue nombrado por unos tontos de Madrid con un complejo colosal como “Español del año”.


Hace unos años les contaba a ustedes en estas mismas paginas las declaraciones de un separatista catalán que se llamaba y se llama Juan Oliver, que era director general de la televisión publica de Cataluña en los gobiernos convergentes, en donde estaba estabulado, calentito, y cobrando una millonada de todos los españoles. Un día este Oliver se levanto de la cama y se dirigió a la radio catalana RAC 1 para participar en un programa que se denominaba algo así como “El Mon”. Con el micrófono delante, el periodista, se dirigió a los oyentes de la región en estos términos: << los españoles son unos chorizos por el hecho de ser españoles>>.


No sé si el señor Oliver sigue escribiendo en los periódicos. Pero estos días tenia una magnifica ocasión para hablar de los chorizos catalanes que él tanto conoce, aprecia y defiende, cobrando, claro, desde su magnífica, independiente y objetiva columna del AVUI. Una ristra de butifarras con una cara de cemento colosal: frescas, cocidas y colombianas, que, puestas en fila, darían, a buen seguro, la vuelta al puerto de Barcelona cogidos de la mano y bailando la sardana con doña Marta Ferrusola y Pepiño Guardiola disfrazado de alemán.

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