LOS DEMONIOS se esconden en la red, en el foro de opinión en que se reconvierte Twitter cada vez que surge un tema candente. Y el favorito estas últimas semanas, como no, es el CD Lugo. Cada noticia que se produce alrededor de la venta de las acciones del club es un resorte para que los aficionados evacúen sus pensamientos más viscerales. El pseudoanonimato (más para unos que para otros) que da esta red hace que se viertan auténticas miserias, que se revelen más que en cualquier sitio los amores y las animadversiones, que es encadenen mensajes entre usuarios hasta desembocar en el malentendido. La portería o la barbería de antaño es hoy Twitter y sus usuarios no siempre se dan cuenta que sus comentarios les labran una reputación social que sus seguidores no olvidarán fácilmente. Sigan opinando, pero antes de darle a enviar piénsenlo dos veces, que luego borrar puede no servir de nada si alguien capturó la pantalla. “Arden las redes sociales”, dicen los medios tradicionales. En el infierno de hoy, Satanás usa móvil.
