Opinión

El error de los trenes del Hazmerreír también afectan a La Mariña

Hoy RENFE y ADIF son el hazmerreír en todos los medios de comunicación, tertulias, corrillos, etc. El motivo, que los 31 trenes que la ferroviaria encargó a CAF para las líneas de la antigua FEVE, hoy integrada en Cercanías de RENFE, no caben en los túneles, que datan del siglo XIX, ya que el gálibo de éstos es menor que el de los trenes.

Como lo oyen. En la empresa en que trabajé 31 años, con departamentos de material, plagados de valiosísimos profesionales expertos en ingenierías de todo tipo y la empresa vasca constructora, tres cuartos de lo mismo, se les ha pasado la circunstancia que mencionamos. Que no caben. Y los responsables de Transportes, a por uvas. Sin leerse los proyectos, ni mucho menos estudiarlos, sólo pendientes del autobombo.

La construcción de los trenes fue licitada en 2019 y la adjudicación en 2020. Según la ministra todavía no se ha iniciado su construcción y los trenes están en fase de diseño, que es donde CAF, la constructora, detectó el fallo, afirmación que contrasta con otras experiencias en que el inicio de la construcción no se dilata tanto tiempo. Durante más de dos años MITMA, RENFE, ADIF, CAF y la Agencia de Seguridad Ferroviaria han estado buscando soluciones al despropósito y ocultándolo a la opinión pública.

Una vez destapado en los medios este negligente error, sólo hasta el domingo día 5 el Ministerio ha emitido un comunicado básicamente para desmentir que los trenes estuvieran en ya fase constructiva y que la solución pasa por «la aplicación del ‘método comparativo’ en el diseño del tren, que no es el habitual dentro de la normativa pero que se justifica en esta situación singular», según reza el comunicado, método que no deja de ser una chapuza y que la legislación española no contempla.

Hay que reconocer que la papeleta que tiene la ministra es de órdago, como para pedir perdón y luego dimitir, o cesar en el cargo, o como se diga. Seguro, que no hace esto, todo lo más cortará alguna cabeza, si es que la corta, que todo es posible con este gobierno. A esta hora deberían estar en la calle toda la plana mayor del Ministerio de Transportes con competencias en el tema, así como la de RENFE y ADIF y la remoción de las personas de dirección más directamente implicadas.

Tampoco está exenta de responsabilidad la empresa constructora CAF, que pasa por ser una empresa históricamente relevante en la historia del ferrocarril español y puntera tecnológicamente. Se nos hace muy cuesta arriba creer que con el conocimiento de sus técnicos de los ferrocarriles de vía estrecha de la región, nadie haya reparado en el error. Queremos ser bien pensados, pero la empresa va a tener más carga de trabajo en deshacer y rehacer el entuerto. 

Nuestra provincia de Lugo y más concretamente la comarca mariñana se también ve afectada, ya que los trenes de toda la cornisa cantábrica es un continuo que va desde Ferrol hasta Bilbao y las líneas por las que deberían estar circulando los trenes de la risa, por no decir de llorar, no entienden de fronteras regionales y la explotación de los mismos requiere de rotaciones de vehículos y su asignación a distintos destinos según convenga en cada caso. A la línea lucense, ya de por sí ayuna de frecuencias y de otros muchos problemas, se le une uno más.

Todos los responsables deberían haberse disculpado ante todos los españoles y los afectados por sus negligencias. Unas empresas y un gobierno, que no es capaz de ello, pierde toda credibilidad y aprecio social. La ministra debería exigir dimisiones o hacerlas ella en todas las cúpulas de las empresas, en especial de los políticos, e irse ella y cerrar la puerta. Y el presidente del gobierno comparecer en el Parlamento y dar explicaciones. Veremos que cabezas rodarán, pero no serán las de ellos. 

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