Opinión

Un MIR para los políticos

EN JUNIO de 2011 Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato a la presidencia del gobierno, formuló una propuesta relacionada con la educación: implantar un plan de formación para los profesores similar al sistema MIR que desde hace años viene funcionando para la formación de médicos especialistas.

No debía estar descaminado el dirigente socialista porque ese plan formativo fue copiado por otros políticos en la reciente campaña electoral. Pero entonces Flavia Bernar rechazaba de plano la propuesta y finalizaba su alegato con una reflexión a modo de pregunta: "Y, por cierto, ¿por qué no un MIR para los políticos?".

La contrapropuesta de la docente madrileña es pertinente porque el oficio de político es el único al que se llega sin tener que superar pruebas de aptitud para trabajar en esa actividad. No se exige poseer conocimientos de la historia de España, de la Constitución y unas nociones de economía para entender un presupuesto; ni tienen que demostrar sus habilidades en dirección de equipos, gestión y resolución de conflictos o capacidad de relación y negociación. Tampoco se comprueba cómo andan de educación que debería suponérseles, pero brilla por su ausencia en bastantes casos.

Políticos incompetentes, que sin haber hecho el MIR formativo tomaron decisiones que crearon el caos que pagarán muchas generaciones

Todo esto y más es lo que las empresas piden a un directivo de nivel medio y parece razonable que para desempeñar un cargo público se exija poseer capacidades y nivel de formación al menos similares, con mayor grado de exigencia cuanto mayores sean las responsabilidades que tienen y mayores sean las consecuencias de las decisiones que tomen. No es lo mismo ser diputado raso o concejal de un pueblo que regidor de una gran ciudad, ministro, jefe de la oposición o presidente del Gobierno.

Esta larga divagación viene a cuento por dos hechos muy de actualidad: la guerra de Irak de 2003 y la decisión del Reino Unido de abandonar Europa. El informe Chilcot certifica que la guerra de Irak fue un inmenso engaño que acabó con el frágil equilibrio de Oriente Medio, sembró destrucción y muerte en esta región e inseguridad en el mundo entero. Las consecuencias del Brexit son imprevisibles pero ya está teniendo un coste muy elevado para Inglaterra y la economía global.

Lamentablemente, ambos hechos fueron causados por políticos incompetentes, tan ambiciosos como irresponsables que sin haber hecho el MIR formativo tomaron decisiones que crearon el caos que pagarán muchas generaciones. De Irak y del Brexit trataremos en la próxima columna.

Comentarios