Opinión

Taxistas en guerra

LLAMA LA atención que el Ministerio de Fomento traspasara el problema del taxi a las comunidades en lugar de ejercer la autoridad con los medios a su alcance para proteger a los taxistas, a los conductores de Vehículos de Transporte con Conductor (VTC) y a los ciudadanos. Esta dejación de responsabilidades alumbrará un caos normativo y 17 problemas, uno por autonomía.

El primero en Barcelona donde la Generalitat cedió a las pretensiones de los taxistas y dejó sin contenido a Uber y Cabify para cerrar el conflicto en falso. El gobierno catalán debe regular el trabajo de ambos, pero no puede estrangular a competidores legítimos que tienen derecho a trabajar.

¿Algún taxista se preguntó por qué tantos ciudadanos, sobre todo jóvenes, eligen a Uber y Cabify para sus desplazamientos?

También sorprende que los taxistas piensen que con altercados violentos neutralizarán a los competidores y solucionarán su problema. Su huelga es legítima, pero castiga tanto a los ciudadanos que produce el efecto contrario al perseguido: predispone a sus clientes en contra y consolida a los nuevos operadores. Por cierto, ¿algún taxista se preguntó por qué tantos ciudadanos, sobre todo jóvenes, eligen a Uber y Cabify para sus desplazamientos?

No es fácil encontrar una salida satisfactoria para las dos partes. El sector del taxi y los VTC tienen intereses económicos que los gobiernos deben proteger con una regulación justa y equilibrada para que ambos puedan trabajar en condiciones homogéneas y los ciudadanos tengamos la libertad de elegir medio de transporte.

Pero regulación aparte, la solución no vendrá de la resistencia a los cambios, inevitables e irreversibles, sino por modernizarse para adaptarse a ellos, dice Josep Piqué en El mundo que viene. La revolución global avanza implacable, está teniendo un impacto sin precedentes en todos los sectores y el que no espabile -tanto los países como las personas- no ganará el futuro, se quedará en el camino.

Ítem más. En el Foro de Davos se presentaron dos informes, La revolución del reciclaje profesional y El futuro del empleo 2018, que coinciden en que el oficio de conductor de taxi y de VTC figura entre las 10 profesiones en declive a medio plazo

Las ciencias, que "avanzan que es una barbaridad", dice Don Hilarión en La Verbena de la Paloma, casi tienen a punto el coche autónomo que revolucionará el transporte urbano. Taxistas y choferes de VTC ya no serán tan necesarios en la próxima década.

Por eso, cabe aplicarles la metáfora de Alvin Toffler: se pelean por ocupar las sillas de cubierta de un Titanic -su mundo- que se está hundiendo.

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