Opinión

Perded toda esperanza

El miércoles pasado seguí el pleno del Congreso en el que se debatía la petición del Gobierno de ampliar quince días el estado de alerta y después de escuchar los parlamentos de unos y otros me acordé del letrero que Dante y el poeta Virgilio encontraron en la puerta de entrada al infierno: "Lasciate ogni speranza voi ch’entrate". 

Hay que colocar en el frontispicio de la Cámara Baja la misma inscripción: "perded toda esperanza" de que los señores Sánchez y Casado, líderes de los dos grupos mayoritarios, sean capaces de establecer un programa conjunto, no excluyente de otras fuerzas, para hacer frente a los problemas y desafíos del país, empezando por lo más urgente, la reconstrucción de la economía destruida por la pandemia. 

Las constantes vitales de la economía española —caída brutal del PIB, aumento espectacular de déficit y deuda, el paro disparados sin contabilizar aún los trabajadores acogidos a un ERTE— indican que, si no está en fase terminal, está en la Uci en estado muy grave esperando la mano paternal de Europa que impondrá sus condiciones. Y las previsiones añaden más dramatismo a la realidad actual.

Con estos datos, cabía esperar que entre los dos líderes —nacionalistas e independentistas actúan a su conveniencia— imperase la voluntad y el talento políticos para hacer frente a la fuerza destructora de la crisis. Pero llevaron al límite las estrategias de confrontación personales y partidarias. "Por mucho que hablemos usted y yo no parece que nos entendamos", le dijo el Sánchez a Casado, y si estos dos, que lideran a los dos partidos que gobernaron en los últimos cuarenta años no se entienden, España no saldrá de la crisis, o saldrá en condiciones mucho peores. 

El poeta y ensayista Cees Nooteboom (La Haya, 1933), europeísta y buen conocedor de España, en su análisis sobre la realidad española decía: "Ustedes deben exigir más respeto a sus políticos. No parecen conscientes de la realidad. ¿Por qué no intentan trabajar juntos ante una crisis que exige unión y fuerza? Están instalados en una política caduca de enfrentamientos ridículos. Le aseguro que en Alemania y en Francia no hay una atmósfera política tan fea…". 

Así es la atmósfera política española. "En el momento en que en Europa los partidos se unen alrededor de sus banderas, en España utilizan el virus como un garrote", decía The Guardian hace pocos días. Acongoja ver la hondura y gravedad de los problemas del país y su irresponsabilidad para afrontarlos. 

Es el virus de las mezquinas querencias políticas que lleva tiempo contagiando la política española.

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