Opinión

Los ladrones andan sueltos

AUSBANC, ORGANIZACIÓN de consumidores expulsada del registro de asociaciones, y Manos Limpias, un sindicato sin afiliados que actuaba como su escudero justiciero, eran dos asociaciones que se adjudicaron el papel de quijotes de nuestro tiempo para "desfacer entuertos y rescatar ciudadanos" de los abusos e injusticias del establishment corrupto o poco ejemplar que formaban entidades financieras, empresas de otros sectores, ministerios y comunidades autónomas, personalidades con gran proyección social e incluso ciudadanos con menos renombre.

Para ejercer de ‘'martillo de corruptos'’ se envolvieron en la bandera de una supuesta honradez y sus dos principales protagonistas se revistieron de Robin Hood para proteger a los débiles en determinadas '‘causas justas'’. Su principal —y casi único— método de trabajo era el chantaje y la extorsión en distinto grado de exigencia económica que les reportaron decenas de millones. Por dinero también levantaron denuncias perjudicando, en muchos casos, a los propios damnificados.

En los cenáculos y empresas de Madrid y de la periferia eran conocidas las prácticas mafiosas de los dirigentes de Ausbanc y de Manos Limpias

Lo cierto es que consiguieron engañar a dirigentes políticos —de derechas y de izquierdas— y a gran parte de la sociedad civil durante mucho tiempo actuando con total impunidad como abanderados de la lucha por la honestidad de comportamientos públicos y privados. Y neutralizaron con habilidad a quienes desconfiaban de ellos.

Sin embargo, en los cenáculos y empresas de Madrid y de la periferia eran conocidas las prácticas mafiosas de los dirigentes de ambas asociaciones y ahora aparece más gente que desconfiaba de sus amenazas y chantajes. Elvira Rodríguez, la presidenta de la CNMV decía la semana pasada "no me sorprende lo que ha pasado con Ausbanc", varios jueces rechazaron participar en su peculiar ‘'Foro de la Justicia'’ y muchos directivos de banca alertaron de las prácticas de estas organizaciones criminales, como el presidente de Novagalicia Banco que denunció el proceder gansteril del tal Pineda ante la CECA, patronal de las Cajas.

El hecho de que cargos de tanto rango —de la CNMV, del poder judicial y del sector financiero— no pulsaran las alarmas para que el Estado investigara con todos sus medios a Ausbanc y Manos Limpias revela la cobardía de esta sociedad. Dicho en román paladino, mucha gente '‘ilustrada'’ se encogió por miedo a dos individuos que dejó crecer como gigantes poniéndose de rodillas delante de ellos. ¿Cuántos ladrones y extorsionadores más andan sueltos por el país?

Comentarios