EL MUNDO DE SOFÍA, la deliciosa historia novelada sobre el pensamiento filosófico occidental escrita por Jostein Gaarder sigue cautivando por su simplicidad y didáctica 25 años después de su publicación.
La protagonista, Sofía Amundsen, recibe una carta en el buzón de su casa con dos preguntas: "¿Quién eres? ¿De dónde vienes?" que hacen reflexionar a aquella adolescente de 14 cuya vida va cambiando mientras sigue recibiendo misivas que le explican las ideas de los grandes pensadores occidentales en "un viaje por la historia de la filosofía".
Dice el escritor noruego que sus libros buscan hacer pensar a los lectores de forma crítica, que para él es "plantearse preguntas". En este sentido, con El mundo de Sofía derrumbó el viejo prejuicio de que la Filosofía es algo académico y consiguió hacerla accesible a todos porque, sostiene, "el ser humano, asombrado ante el mundo, tiende a hacerse preguntas".
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Filosofar es "meditar, hacer soliloquios", dice el DRAE, que es lo mismo que reflexionar sobre cuestiones que nos preocupan. Plantearse preguntas en relación con el universo y el sentido de la existencia y buscar explicaciones racionales a la realidad compleja es propio de la condición humana, es la actitud natural de hombre en su relación con el mundo y con su propia vida.
Quiero decir con esto que la Filosofía no es ajena a la vida y, por tanto, no se puede relegar a la soledad de las bibliotecas o al ámbito de la investigación. Filosofar es algo inherente a cada uno de nosotros aunque a veces nos ocurra lo que a Jourdain, el personaje de Moliére, que llevaba 40 años hablando en prosa sin saberlo. Puede suceder que llevemos toda la vida filosofando sin enterarnos.
Para esto sirve la Filosofía, para enseñar a pensar, para tratar de comprender el mundo y nuestro mundo en esta era en la que casi todos navegamos por un mar de las dudas e incertidumbres en busca de muchas respuestas y algunas certezas.
Ahora esta Filosofía, el arma de la razón tan necesaria y útil para la vida, está casi desterrada de la enseñanza y ese destierro arrebata a las nuevas generaciones la posibilidad de conocer a Sócrates, Platón, Aristóteles, Descartes, Spinoza, Kant y a otros grandes filósofos, cuyos elevados pensamientos sostienen nuestra civilización.
A cambio, les hemos entregado a Siri, la eficiente asistente de Apple que piensa por ellos y tiene respuestas simples para todo. Claro que, en ese cambio, salen perdiendo.
