Opinión

E-WORLD. Una nueva dimensión para la realidad

Tenemos que empezar una vez más hablando de la pandemia y de lo que este pequeño, pero gran enemigo invisible, ha provocado.

Huelga hablar de los efectos negativos del Covid-19, porque ya todos los conocemos y estamos consternados por ello.

Pero como todo el mundo sabe, de las cosas malas de la vida debemos extraer lo positivo.
La pandemia ha multiplicado por diez la velocidad de la transformación digital en el mundo.

Muchas empresas sabían que algún día tendrían que empezar a tecnologizarse inmediatamente o morir.

Es cierto que en estos tiempos nos hemos dado cuenta todos de que hay vida mas allá de viajar constantemente. Que una reunión telemática, que probablemente se nos haga rara y menos íntima en principio, se convierte en algo mucho más operativo y eficiente.

Voy a poner cuatro ejemplos palmarios de lo que hemos venido a denominar e-World:

  1. E-Comerce: vulgarmente conocido, y casi nunca implementado por muchos, como comercio electrónico. Muchas compañías han tenido que ofrecer de la noche a la mañana sus productos por internet, o por el contrario no venderían nada o casi nada. Empresas como Inditex han más que duplicado las ventas por internet en este periodo de pandemia.
  2. E-Learning: la formación vía telemática, se ha convertido tanto desde el punto de vista público como privado, en la única solución para que las personas continuaran su formación. Hoy universidades, institutos y colegios, así como academias, escuelas de negocios, y un largo etcétera, ofertan formación online, ya que de otra manera, en muchos casos, no se podría hacer.
  3. E-Health: el sector de la salud ha emprendido el camino sin retorno de la atención telemática, al menos en primera instancia. Esa comunicación con tu médico y el cribado si existe algo importante que hay que ver más en profundidad, ya está al orden del día. No es desdeñable la enorme oferta de sensorización de paciente que ya existe y que es, y será, otra manera efectiva de monitorizar a los pacientes.
  4. E-Administración: estamos acostumbrados a que gran parte de la administración pública española sea muy poco eficiente. Esto ocurre especialmente en todo aquello que tenga poco que ver con la recaudación de impuestos, donde hace años se hizo una transformación digital del Ministerio de Hacienda y de otros departamentos que recaudan. Sirva por ejemplo la Guardia Civil. La enorme diferencia que existe en materia tecnológica entra la Guardia Civil de Tráfico que depende de la DGT y el servicio de seguridad ciudadana, también de la Guardia Civil, que depende del Ministerio del Interior.

Estos son cuatro ejemplos, pero podrimos ampliarlos a muchos mas.

La transformación digital ha venido para quedarse, y la tecnología nos aporta la posibilidad de ampliar la potencia de hacer más cosas con menos recursos. Es decir, hacernos más competitivos. Fabricar más barato, prestar un mejor servicio, ahorrar tiempo y recursos.

Estoy seguro de que muchas empresas ya están tecnologizadas en mayor o en menor medida. Pero también estoy muy seguro de que las que no lo hagan, más pronto que tarde engrosarán las listas de fallecidos empresariales. Contra la brecha digital: tecnologizarse o morir.

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