Opinión

Desayunando y emprendiendo

Cuando me formaba en el área de marketing, un profesor me dijo que cualquier estrategia de comunicación enclavada en el arte de la mercadotecnia y con el legítimo objetivo de vender tenía que estar precedida por la obtención del primer sí. 

Y para obtener el primer sí en este artículo he de decir que el desayuno es probablemente el momento de la ingesta diaria más importante. Este nos debería aportar la energía necesaria y suficiente para arrancar el día y ponernos en la órbita de nuestra actividad vital y profesional. 

Si al desayuno le sumamos el emprendimiento conseguiremos la combinación de dos factores que sin duda multiplican y en algunos casos se convierten en un factor exponencial.

Eso es lo que creo que hemos conseguido con una iniciativa absolutamente altruista durante todo este año 2019, una iniciativa en la que han concurrido personas que en algún momento de su vida fueron cautivas de las llamas del emprendimiento, y que con el tiempo, a aquella idea embrionaria que tenían en la cabeza, la acabaron convirtiendo en una realidad generado miles de puestos de trabajo. 

Nos han contado sus costumbres, sus hábitos, sus manías y sus éxitos, pero también sus fracasos, también sus anhelos y sus utopías. 

Hombres y mujeres, personas muy distintas y de sectores que nada tienen que ver entre sí, todos ellos impregnados de un chute de realismo que les aterriza en el mundo tal cual es, críticos pero también armados de esperanza. 

Una peluquera, una consultora de recursos humanos, un líder en el juego online, un empresario humanista del sector forestal, un profesor de economía, un entrañable editor, un especialista en Big Data, un cervecero y un leguleyo. 

Unos de edad madura como yo y otros jóvenes empresarios, pero todos hablando el mismo idioma, el idioma que los llevó a conseguir ser dueños de su propio futuro. 

Todos ellos nos han dado tremendas lecciones de esfuerzo, paciencia y sacrificio.
Pero lo que he podido comprobar en su mirada el brillo de la llama del emprendimiento. 

Desayunando a las nueve da la mañana con un empresario que tiene que contar y rodeado de estudiantes, jóvenes y viejos empresarios y, sobre todo, acompañados por personas ávidas de saber y aprender, todo eso que tanto nos diferencia de las bestias y que sin duda es el motivo de que hoy estemos todos aquí en las condiciones que estamos.

Hemos aprendido tantas cosas que no tengo más que agradecer a José, Alejandra, José Luis, José Manuel, Loida, Jesús, Venancio, Iñaki y Alejandro. 

Gracias por vuestras confidencias y vuestra colaboración en tratar de afianzar la realidad a voces de que los empresarios y las empresas son la columna vertebral de la economía de una sociedad. 

Continuaremos desayunado y emprendiendo para intentar hacer realidad que más gente se sienta tentada a intentar la maravillosa experiencia de ser dueña de su propio futuro, de su propio sueño profesional.

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